Una solicitud para analizar los predios donde se instalaría un parque solar en la comunidad de Tastiota fue lo que causó el descubrimiento de uno de los sitios arqueológicos más representativos de la Costa de Hermosillo con mil 960 años de historia.
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A 100 kilómetros de la capital sonorense, sobre la carretera 4 Sur se encuentra la localidad pesquera de Tastiota, la cual en años anteriores solía ser uno de las playas más visitadas, pero con el tiempo se ha reducido la cantidad de turistas, aunque aún se mantienen las empresas acuícolas alrededor de la zona.
Debido a las condiciones áridas del sector, una compañía decidió colocar paneles fotovoltaicos, motivo por el que acudieron al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para solicitar una inspección del territorio como parte de los trámites.
César Quijada, coordinador del Programa de Protección Técnica y Legal de Zonas Arqueológicas y Paleontológicas del INAH en Sonora, explicó que da vez que se realiza un proyecto de infraestructura se debe llevar a cabo una revisión de los predios con el fin de que no se afecten sitios arqueológicos e históricos.
En 2009 la Comisión Federal de Electricidad (CFE) solicitó al INAH su intervención en una serie de obras que iba a iniciar con las acuícolas, en este caso una de ellas se desarrolló en Tastiota donde, al verificar los predios donde se pasarían las líneas y subestaciones de energía, se encontró un sitio con vestigios antiguos.
“El área que se seleccionó para una subestación, porque no podía estar en otro espacio, era sobre un sitio arqueológico, entonces le informamos a la CFE que la línea por donde se iba a llevar la electricidad afectaba a campamentos de cazadores recolectores y pescadores de los antecedentes a los seris”, reveló.
En estos casos, indicó que una vez realizadas las inspecciones por los arqueólogos si se encuentra con un sitio arqueológico hay dos opciones para continuar, instalar la infraestructura en otro lugar o salvar el hallazgo para seguir con el proyecto en ese espacio, en Tastiota se decidió seguir por lo que se ha asegurado el material encontrado.
Los objetos y su importancia
Fue en 2019 cuando se realizó el descubrimiento de estos campamentos de cazadores recolectores en Tastiota, en el predio Las Conchas, y ha sido catalogado como uno de los más relevantes debido a sus características y a las piezas que contenía.
Adrián López Dávila, arqueólogo del INAH encargado del salvamento, compartió que entre los objetos hallados se encontraron metates y utensilios de molienda, puntas de flechas, así como lascas y navajillas elaboradas para cortar huesos quizás o animales medianos.
En la zona Oeste del sitio localizaron fogones que pudieron excavar para obtener carbono con el objetivo de analizarlo en el laboratorio Beta Analytic en Florida, Estados Unidos, posteriormente los resultados arrojaron las fechas de estos sitios.
“Obtuvimos tres fechas, de 1960 antes del presente, 1560 antes del presente y la más reciente por así decirlo fue de 890 años de antigüedad, estamos hablando que estos sitios estaban siendo visitados hace casi 2 mil años”, resaltó.
Su relevancia e importancia destaca en que esta zona costera no es común encontrar campamentos de cazadores recolectores, ya que la mayoría solían ser de pescadores debido a la cantidad de conchas que se han rescatado.
El tipo de cerámica que se halló en Tastiota pertenecía a una utilitaria, no a una ceremonial o de rituales que suele localizarse en otras excavaciones, añadió, además de los tipos de cuchillas y puntas de flechas que contenían.
“Era un área visitada recurrentemente, que la utilizaban las personas de la Costa Central, este en particular tiene sus diferencias por las características de cazar, por el tipo de tamaño de punta pensamos que fauna de pequeña a mediana, algunos conejos o venados buras”, indicó.
Este proyecto de salvamento estuvo integrado por cinco arqueólogos del Centro INAH Sonora, llevaron a cabo los análisis respectivos de los materiales y las piezas fueron resguardas en el instituto.