Con el fin de promover el hábito de la lectura en la sociedad, se colocó un librero en un conocido parque de la ciudad donde se pueden encontrar revistas, novelas, libros escolares, entre otros, los cuales pueden ser intercambiados por otros títulos.
Manuel Terán y Lizeth Hooper hace un año y medio instalaron un contenedor de libros llamado “Tú pequeña biblioteca”, el cual puede ser visitado por el público en general para incrementar el número de lectores en la ciudad y compartir conocimientos, los cuales se encuentran ubicados en el parque de Bugambilias y Villas del Mediterráneo.
La idea se basó en Little Free Library, una asociación de Estados Unidos que promueve el intercambio de libros en el vecindario.
“Para mí, me ha dado mucho, de aquí han partido muchas amistades porque he conocido a gente que está interesada en el proyecto, cuando cumplió un año Tú pequeña biblioteca nos acompañó Rosa Vila Font, una cuentacuentos española e hicimos un Picnic literario en donde se contaron cuentos y la gente participó en ellos”, comentó Lizeth.
Las personas que estén interesadas en replicar el proyecto se pueden contactar por medio de redes sociales para brindarles asesorías e iniciarlo, para llevarlos a otros lugares de la ciudad.
“Los vecinos y las personas que acuden al parque a realizar ejercicio, ellos nos ayudan mucho a cuidarlos que no haya vandalismo, ni nada de eso”, mencionó.
Las reglas se pueden encontrar a un costado del contenedor con información sobre cuál fue la fuente de inspiración para plasmar la idea, cómo funciona, cuál es el propósito, entre otros.
Los ejemplares que más comparte la gente son libros educativos, diccionarios, textos religiosos y revistas.
“Mucha veces tenemos la idea que los libros son caros, entonces esta es una manera para obtener nuevos libros, siempre terminamos de leer un libro y lo guardamos en un librero y esa inversión que hicimos ahí se queda estancada y muchas veces las puedes compartir a alguien más”, señaló Hooper.
La primera noche de Tú pequeña biblioteca se temía que alguien dañara el librero, los mismos vecinos cuidaban de él, Lizeth vigilaba por las noches para que no fuera hurtado.
“Lo que yo puedo rescatar es el trabajo que se ha hecho con los vecinos y las personas que nos visitan de otros lugares, todos los libros que han llegado, se han ido y han vuelto, en una ocasión me compartieron libros, películas y cd de música”, añadió.
La importancia de trascender es lo primordial no solamente en ese lugar, si no, también en diferentes puntos de la ciudad para que la gente cuide de los stands, se siga fomentando la lectura y llevar libros de persona a persona.