Cuando uno trata de imaginar cómo es la formación de un atleta, lo común es idealizar sus inicios desde edades tempranas, sobre todo, cuando se busca que lleguen a instancias dentro del deporte de alto rendimiento o el profesionalismo.
Sin embargo, el deporte se practica en todas las edades y, aunque se suele asociar al desarrollo de una actividad por una vida más saludable, hay quienes nunca dejan de soñar por llegar a lo más alto en competencias.
Ese el caso de Ana Tánori Lozano, quien a sus 31 años de edad, no sólo encontró en el deporte un espacio para la recreación, sino el soñar con representar a su país, aunque no sea dentro del alto rendimiento.
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La oriunda de Hermosillo, quien se desenvuelve en el área de investigación del CIAD, encontró el atletismo a sus 20 años de edad y en fue a través de los juegos de los trabajadores, un espacio para buscar cumplir sus sueños.
“Yo empecé a correr ya grande, tenía como 20 años, antes jugaba basquetbol y un día por pura casualidad me metí a una carrera que hacen a fin de año y me di cuenta que me gustaba mucho correr y empecé a entrenar atletismo como en 2012; cuando ya salí de la carrera y estaba comenzando a trabajar, me encontré con estos eventos”, explicó para El Sol de Hermosillo.
“Me tocó ir al Nacional en 2014 y ahí Jesús Rivera me platicó que era un selectivo para ir al Mundial, de hecho también fue en Italia en 2015, que si lograba clasificarme entre los primeros lugares, tenía la oportunidad de ir y para mí fue como que una motivación muy grande, porque cuando entré al atletismo, entre grande y no me tocó nada de Juegos Conade y ahí empezó a nacer el sueño de querer hacer algo grande, representar a mi Estado, mi país”, señaló.
El esfuerzo que ha hecho a través de los años ha sido complejo, pues, si bien no entrena las horas con la cual lo hace un deportista de alto rendimiento, cuenta con alicientes a su manera.
“Me enfoqué, dentro de lo que cabe, porque al final de cuenta ya eres un trabajador y no puedes tener un entrenamiento como tal de alto rendimiento, entonces es buscar de acomodar tus horarios, tratar de llevar una vida con buenos hábitos”.
“Cuando me tocó clasificar en aquel entonces a Italia, fue una emoción muy grande, no la me la creía, recuerdo que cuando fue la inauguración del evento, a mí se me salían las lágrimas porque yo creía que era un sueño que pude cumplir, de poder participar a nivel internacional y representar a mi país”, agregó.
Hasta el momento, su esfuerzo ha brindado frutos, pues ha estado presente en cuatro justas mundialistas: Italia (2015), Letonia (2017), España (2019) e Italia (2023), sumando cuatro medallas, dos platas y dos bronces.
“Es tratar de organizar tus horarios y creo que tiene mucho que ver las ganas que tengas de hacer algo, tu constancia, la fuerza de voluntad y el apoyo de familiares, amigos, tu entrenador o tu equipo”.
“Yo entreno muy temprano o muy por la tarde, para cumplir los horarios de trabajo y es tratar de cuidar esos detalles, el descanso, las terapias, tener una buena alimentación, para tratar de mantener tu cuerpo en óptimas condiciones”, comentó.
“A lo mejor, no estés entrenando como un deportista de alto rendimiento, unas cuatro o cinco horas, que esa hora u hora y media que puedas entrenar, sea de provecho y que tu cuerpo pueda asimilarlo bien y se recuperé para el otro día cumplir con el entrenamiento, el trabajo y la vida diaria”, añadió.
De vuelta al podio
Después de debutar en la justa en 2015, donde subió al podio con bronce en los 1,500 metros planos y plata en relevos 4x400, volvió a colgarse medallas en 2023, de nueva en las mismas pruebas y la misma sede italiana, siendo ahora la argenta en la prueba individual.
“Me tomó un poco de sorpresa, porque justo en el 2019, cuando fue el evento pasado, yo me lastimé, entonces ese año ya no pude entrenar, luego se vino la pandemia y me enfermé de Covid, tardé en recuperarme bastante para poder sentir que estaba entrenando bien, dando los tiempos, entonces yo sentí que formalmente este año empezó mi preparación para el evento”.
“Me sentía bien entrenando, pero como que ya traía eso en la cabeza, de si en la competencia no podría dar mi 100% por las secuelas o por algo, pero en el entrenamiento me estaba yendo bien, yo actualmente entreno con Edson Valencia, de Sonora Track Club y él fue una parte importante”, aclaró.
Tánori Lozano expuso que cuando se llegaron los días de competencia, optó por disfrutar el momento e intentar no pensar mucho en ello y aunque tuvo un inicio complicado, supo hacer las adecuaciones adecuadas.
“El primer día corrí la prueba de los 800 metros y por un error en mi estrategia me costó en el cierre y quedé en el quinto lugar, entonces al otro día iba con más hambre de pelear la medalla porque me di cuenta que sí estaba al nivel de las otros competidoras y podía pelear una medalla”.
“En los 1500 metros, ya es una carrera más estratégica, empecé a correr, me fui sintiendo bien, comencé a ganar posiciones y el resultado fue la plata; también tuvimos un rol en el 4x400 y ahí fue hacer equipo con las demás y dar todo lo que te queda de energía restante, dar tu mejor desempeño, la prueba se dio como unos 30 o 40 minutos después de los 1500 metros, entonces ya traíamos la carga de la carrera pasada, pero la verdad, la disfrute mucho”.
Por su parte, también habló sobre sus próximas competencias, donde contempla estar en eventos de carácter local, quizá regional, esperando iniciar una preparación mucho más compacta cuando se acerquen los estatales de los trabajadores.
“Ese es mi objetivo, formar este año la base aeróbica y ya acercándose el nacional, prepararme para poder clasificar”, dijo la corredora, pensando en Grecia 2025.
Por último, dejó un recordatorio para todos los que quieren adentrarse, no sólo al deporte, sino a cualquier actividad, sin importante la edad o aquello que realicen en su vida cotidiana.
“Me gustaría mantenerme activa, me ha pasado mucho, que a lo mejor no le doy la importancia que es para el equipo, las personas que me rodean, el llegar a un mundial. A mí se me hace muy padre poder llegar a estos eventos, pero malamente, a lo mejor, te comparas con un deportista de alto rendimiento que va a Juegos Olímpicos y dices ‘bueno, si no llegó, a lo mejor a este evento cualquiera puede llegar’”.
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“Pero me da mucho gusto que ya mis compañeros de equipo o amigos o familiares, admiran que pueda llegar a esos eventos, porque me ven en el camino y eso me da gusto y motivación para las nuevas generaciones que a lo mejor, estando ellos más jóvenes, puedan empezar desde temprano y puedan llegar a un nivel más alto”.
“A mí me gustaría ser una inspiraciones y demostrarles que sí se puede, aun cuando estas en una carrera difícil o en un trabajo que implica mucha dedicación, que también se pueden lograr cosas de ahí, si te lo propones”, finalizó.
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