Quien fuera una de las máximas promesas juveniles durante la década de los ochenta en el beisbol hermosillense, Carlos Emilio Acosta, ahora forma parte del Salón de la Fama del Deportista Sonorense, dentro de la Clase 2023.
El ex lanzador, tuvo una trayectoria muy importante en el beisbol juvenil, llegando incluso al ámbito profesional.
“Es un honor compartir el Salón de la Fama al lado de jugadores que yo admiré desde chico, de hecho, algunos me tocaron como compañeros y otros en contra, entre ellos el ‘Cangas’ (Carlos Rendón), con quien me reuniré de nuevo, no había captado eso, seremos vecinos”.
“Ray Merino, Eloy Zepeda, ‘Chacho’ Torres, Germán Germán, ‘Kaly’ Grijalva, en fin, beisbolistas y deportistas de otras disciplinas. Es muy satisfactorio, una buena sorpresa”, señaló Acosta Figueroa para el recinto sonorense.
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Dentro de los recuerdos que guarda con cariño, el ex pelotero rememoró cuando, junto a Rendón, lanzaron la primera bola en la Serie del Caribe Hermosillo 1987, donde el histórico Héctor Espino fungió como bateador y Sergio “Kalimán” Robles de catcher.
“Tenía 13-14 años, imagínate lo importante de eso y uno con esa edad; resultaron años inolvidables en estatales infantiles y después en las Ligas Pequeñas jugando para el equipo del Colegio Larrea de Sergio Valencia, después fuimos al Latinoamericano (1986 en Venezuela) en donde tiré un juego perfecto, luego jugué en el Mundial de Puerto Rico al año siguiente”, recordó.
Quien es conocido desde niño como “Patón” en los diamantes, también habló sobre sus inicios, donde fue su abuela quien lo impulsó a practicar dicho deporte desde 1983, cuando tenía 9 años de edad.
“Hubo muchos sacrificios y respaldo de mis padres, llevándome a entrenar, a los torneos, consiguiendo los spikes, el uniforme, el guante, detalles de ese tipo”.
“También estoy orgulloso y lleno de satisfacción (de entrar al Salón de la Fama) ya que viene después de tantos sacrificios de uno como jugador, pero, si no hubiera tenido un entorno y apoyo familiar y de los entrenadores, nada sería posible, pues es algo conjunto. Además, la educación de mis padres fue fundamental para mi desempeño deportivo y profesional”, señaló.
Tras ser uno de los mejores peloteros sonorense de su década en las categorías infantiles, juveniles y, de manera posterior, de Primera Fuerza, cuenta en su trayectoria con el poder haber llegado al profesionalismo, donde debutó (con tan sólo 18 años de edad) con los Industriales de Monterrey, en la Liga Mexicana de Beisbol y Liga Norte de Sonora.
Sin embargo, cuenta con un recuerdo que estima sobre cualquier otro y fue la primera vez que lanzó en su vida.
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“Definitivamente me quedo con la primera vez que subí a la loma en mí vida, eso fue como el 29 o 30 de noviembre de 1983, pienso yo, incluso ahí debuté en una liga organizada”.
“Estábamos en el Deportivo Ley 57, pero, quien iba a abrir el juego, de apellido Sánchez, no acudió, entonces entré a lanzar y ¡tiré sin hit ni carrera! Es uno de los principales e importantes recuerdos personales”, comentó.
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