A Mike Tyson y Julio César Chávez los une la grandeza

En octubre de 1988, Don King llevó al "Iron" a México al bautizo del hijo de Julio César Chávez

Héctor Luna

  · jueves 16 de mayo de 2019

Foto: Especial

A Mike Tyson se le reconoce, generalmente, por dos cosas: ser el campeón mundial más joven en la división de los pesados y por su vida atropellada entre drogas, alcohol, sexo y violencia.

A Julio César Chávez se le reconoce, generalmente, por dos cosas: ser uno de los mejores peleadores en la historia de México, y del mundo, y por su vida envuelta en las drogas y el alcohol.

Pero ambos, innegablemente, son unas leyendas del pugilismo. También tienen algo en común, los dos se relacionaron con el afamado promotor Don King.

Hay una anécdota muy interesante de Mike Tyson. Y es que en octubre de 1988, Don King llevó al "Iron" a México al bautizo del hijo de Julio César Chávez. El ex campeón de la división más grande cuenta en su libro Toda la Verdad que un niño se le acercó pidiendo dinero, pero un acompañante le dijo que no le diera.

"¿Pero cómo no hacerlo?, unos cientos de dólares no significan nada para mí, pero eran un mundo para él. Así que le dí el dinero y se mostró agradecidísimo. Yo pensaba: guau, qué buen chaval . Y al tocarle el pelo noté que estaba duro como una roca. Daba la sensación de no habérselo lavado en años. Podía utilizarlo como arma", cuenta.

Tyson narra que, al llegar a Culiacán, Sinaloa, miró a más niños mendigando, por lo que le compró ropa a uno de ellos, pero que en un abrir y cerrar de ojos ese menor fue por sus amigos y sus amigos por sus familiares, quienes todos le pedían ropa.

"Me gustó el gesto del chico, que no buscara sólo su provecho sino que llamara a sus amigos y familiares... Cuando llegó la hora de marcharme, estaba rodeado de cincuenta niños bien vestidos. Antes de visitar México, llevaba una pesada carga sobre mis hombros. Jamás había conocido a nadie más pobre que yo. La pobreza que vi ahí me dejó sin palabra", escribió en sus memorias publicadas.

Y es que antes de que conociera al entrenador “Cus” D'Amato y convertirse en una estrella del boxeo, el nacido en Nueva York vivió una etapa dura en su infancia, donde sufría de bullying, vivía en extrema pobreza y, posteriormente, fue convirtiéndose en un delincuente, como bien narra en sus memorias.