La noche del 29 de enero de 1994 Julio César Chávez Jr vio perder por vez primera a su padre, cuando éste se enfrentó a Frankie Randall. Aquel niño, junto a su hermano Omar, comenzó a llorar. Luego, horas más tarde, los tres durmieron en el mismo cuarto, así cuenta El Gran Campeón Mexicano en una de sus pláticas.
Aunque el Junior vivía en una mansión, como lo señaló el considerado mejor boxeador mexicano de la historia, sus días no fueron tan placenteros, pues el consumo de drogas y alcohol por parte de su papá, además de los ataques de ira, eran una constante.
Luego de perder el invicto, Julio César Chávez narra que sus adicciones fueron en aumento.
"Ofendí a mis hijos", dijo.
Chávez mencionó que en esos años pasaba por malos momentos, los cuales involucró intentos de suicidio, prostitutas, demandas y más consumo de alcohol y drogas.
"Vivía en una mansión y me la llevaba en un cuartito encerrado", compartió.
Platica, entonces, que fue Julio Jr quien dio un paso para que intentara recuperar la salud, al llevarlo a un centro donde pudiera rehabilitarse.
"Me llevan mi hijo Julio, y Omarcito, estaban chiquitos, porque me dijeron, 'papá tú te vas a morir y no quiero que te mueras'", dijo.
Luego de cuatro meses de terapia, donde contó que estaba en una habitación con más de 100 personas, Chávez recayó en el consumo.
Sin embargo, fue nuevamente Julio Jr quien volvió a servirle como motivo para recuperarse, en una forma definitiva.
"Mi hijo Julio ya peleaba y me dice: apá, usted no quiere verme campeón del mundo, usted es muy egoísta, usted no quiere ver a su hijo campeón del mundo, usted no quiere curarse, usted se quiere morir", recordó.
Chávez expresó que entendió que debió rehabilitarse, para como padre darle lo mejor a sus hijos.
"Mi sueño es que Julio vuelva a ser campeón del mundo", dijo. "Ese es mi sueño", agregó.
LA PELEA
Chávez Jr (50-3, 1 empate y 32 KO's) se medirá este sábado ante el colombiano Evert Bravo (25-10, 1 empate y 19 KO's) en Jalisco. El mexicano, que tiene dos años y medio sin pelear, ha mencionado que no piensa aún en el retiro, y que las excusas ya no servirán ante las críticas sobre la indisciplina.
"Solo dejé porque si no te gusta no lo haces bien. Y hoy me gusta más que nunca", publicó el ex campeón mundial Medio en su cuenta de Instagram, donde ha compartido videos de su entrenamiento para este combate.
"Tengo la determinación de entregarle al público lo que le debo", escribió en ese mensaje.
Julio César, 33 años, tendrá enfrente a un boxeador de 34 años y que en sus últimos diez combates suma cuatro triunfos y seis reveses. Bravo ha combatido en Argentina, México, Sudáfrica y Estados Unidos. El pasado 20 de abril fue noqueado en dos rounds por Alfredo "Perro" Angulo en Carson, California.
PRÁCTICA PÚBLICA
El hijo del Gran Campeón Mexicano demostró que está listo para su regreso y lució poderoso en un entrenamiento público.
Ante decenas de aficionados que llenaron la Plaza de Armas de San Juan de los Lagos, el ex campeón mundial mostró sus armas rumbo al pleito que sostendrá con el colombiano Evert Bravo este sábado en el estadio “Antonio R. Márquez”.
Un par de rounds de sombra y manopla realizó el hijo del legendario julio César Chávez, en los que se vio certero, poderoso y muy explosivo, además de mostrarse en gran forma física rumbo a la pelea que será en la división de los supermedianos.
“Estoy listo, trabajé entregado al 100 por ciento a mis entrenamientos, enfocado en el boxeo, tengo el objetivo de volver a ser campeón mundial y lo haré, aún tengo mucha historia que escribir”, señaló el sinaloense.
Al término de su práctica tuvo la oportunidad de convivir con los aficionados, con los que se tomó fotografías, además de firmar playeras y pasar un momento agradable con ellos.