Campeones mundiales. Ídolos locales contemporáneos. Leyendas del boxeo femenil en México. Variedad de pugilistas han peleado en el Centro de Usos Múltiples de Hermosillo y aún se está a la espera de que haya una función de boxeo que llene ese recinto.
10 mil personas. Esa es la cantidad que se proyecta se pueda sumar el 24 de agosto con la anunciada pelea en la que Juan Francisco "Gallo" Estrada (39-3 y 26 KO'S) defenderá por primera vez su cetro Supermosca del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) ante el estadounidense Dewayne "Mr. Stop Running" Beamon (16-1, 1 empate y 11 KO’S).
Pero en 1991 se logró: Jorge "Cocas" Ramírez y Jorge "Maromero" Páez sobrellenaron ese inmueble. Posteriormente se han presentado José Luis "Temible" Castillo, el propio Estrada, Hernán "Tyson" Márquez, David "Tornado" Sánchez (qepd) o Jackie Nava, y la marca se mantiene.
Y es que para la pelea del ex campeón nacional y del ex monarca del mundo se creó expectativa.
"Había como 2 mil gentes afuera que no podía entrar. Llenamos, abarrotamos, no cabía nadie. Había mucha gente. Mucha expectación", dijo Jorge Ramírez, casi tres décadas después del pleito, en el que cayó por puntos.
Esa noche todos quisieron estar en esa reyerta del 8 de marzo de hace 28 años.
"Fue un gran show. El 'Cocas' un ídolo de las multitudes en Hermosillo; recordando los de la época gloriosa del boxeo sonorense como Tony Mar, Paulino (Menudero) Montes, Chucho y Memo Llanes, obvio guardando la distancia", dijo Arturo Llanes Reyes, quien estuvo presente en aquella función.
La capital sonorense quería ver ganar a uno de sus peleadores consentidos de todos los tiempos. Querían ver que venciera a un hombre extravagante como Páez. Querían ver arriba del ring al "Cocas", el peleador que conquistó el Campeonato Nacional de peso Ligero, un logro importante para aquella época del boxeo mexicano.
La pelea fue pareja, como se esperaba. Fueron diez rounds que disfrutaron todos quienes se acercaron aquella ocasión al CUM. Aficionados al boxeo. Periodistas. No seguidores del pugilismo pero que quisieron ser testigos de un evento que dejaría huella en la ciudad.