Opaca festejos de victoria de “El Browny" Matías muerte de su rival 

"Quiero parar la pelea, Max, la voy a detener" imploró el entrenador de Maxim Dadashev, peleador que murió horas después en el hospital

Héctor Luna

  · viernes 26 de julio de 2019

Foto: Especial

El ring parecía un poco más grande de lo habitual. Era una buena noche para el boxeo en el MGM National Harbor, Oxon Hill, en Maryland. Incluso el réferi, Kenny Chevalier, era particular, pues renguea de su pierna derecha, aunque sus más de 400 peleas arbitradas, incluidas de campeonato mundial, lo hacen un hombre de experiencia.

Fue el pasado viernes 19 de julio. Subriel "El Browny" Matías combinó look y vestimenta. Su piel morena y su cabello pintado de amarillo hicieron juego con su short amarillento con franjas oscuras a los lados.

El originario de Puerto Rico buscaba seguir con su récord perfecto. Hasta antes de esa cita tenía 13 victorias y 13 nocauts. Con 27 años y ranqueado número 1 de su país en los Superligero, se subió al cuadrilátero en busca de una pelea titular en el futuro cercano, pues se trató de un combate preliminar por la Federación Internacional de Boxeo (FIB).

En el primer round "El Browny" se vio sorprendido ante la mejor técnica de su rival. El caribeño no pudo, en esos primeros tres minutos, imponer su pegada y rapidez. Al sonar la campana, clavó una mirada con el otro boxeador, quien respondió de la misma manera, como un preludio del buen pleito que se avecinaba.

"No caigas en su juego. Muévete", se escuchó en la esquina de enfrente de Matías.

Siguieron las rondas y "El Browny" Matías comenzó a ejercer sus condiciones. Nunca dio un paso atrás, siempre lanzó golpes. Empezó a agobiar al oponente.

Para el octavo asalto Matías, que era la primera vez que llegaba a más de 6 rondas en un pleito, sumaba 233 golpes aterrizados, su oponente 126, y este último se miraba cansado, sin fortaleza, sobre todo sin fortaleza, pero sin dejar de lanzar, de intentar, pero tampoco de recibir.

Al término del noveno asalto "El Browny" volvió a clavar una mirada.

Para el penúltimo round, dos ajustes en un guante del boricua, uno de ellos por el propio Chevalier, daban un respiro para ambos peleadores.

PALABRAS DE ALIENTO
En el último minuto de descanso, las palabras de súplica de James McGirt, el entrenador de la otra esquina, retumbaron en todo el recinto.

Foto: Especial

"Quiero parar la pelea, Max, la voy a detener. Te están pegando demasiado, te están pegando mucho. Por favor, déjame hacerlo, ¿está bien? Mírame, por favor. Te van a pegar mucho. Si no la detengo, ellos lo van a hacer, ¿me entiendes?, si no lo hago yo lo hará el árbitro. Por favor, Max, vamos, debes ser honesto conmigo", dijo.

Ese acto profesional del entrenador decretó el triunfo del isleño, quien se arrodilló en el cuadrilátero, dijo unas palabras a la cámara y recogió una cartulina pintada con los colores de la bandera de su país y con un mensaje de renuncia para el gobernador de esa nación, Ricky Rosselló, quien días después dejaría ese cargo.

"El Browny" festejó su victoria. Merecida y justa. Compartió su alegría en su cuenta de Facebook, dándole gracias a Dios por darle la oportunidad de seguir hacia delante y deseándole a su oponente que estuviera bien de salud, porque cuando pararon la pelea se quedó sentado, pálido, respirando con la boca abierta.

El 24 de julio, el borinqueño actualizó de nuevo la red social: su rival ya estaba muerto.

HECHO LAMENTABLE
El ruso Maxim Dadashev, quien tenía marca de 13-0 y 11 KO's, luego de dejar el ring se colapsó y fue hospitalizado en estado crítico, después fue sometido a una cirugía cerebral de emergencia para reducir la hinchazón y fue colocado en un coma inducido médicamente: perdió la vida el 23 de julio a los 28 años.

"Quiero expresar mi dolor sobre los hechos. Es lamentable lo sucedido. Nadie está preparado para morir y menos buscando un sueño. Simplemente subimos al ring pensando en un bienestar para nuestra familia. Vuela alto gran guerrero", publicó, "siempre tendrás mis respetos", le dijo a su compañero, a su colega: al boxeador.