Originario de Corea, el Tae Kwon Do olímpico es el arte marcial de competencia más popular y practicado en todo el mundo; usando en su mayoría los pies y a veces los puños, se especializa en ataques con patadas.
Esta disciplina se puede comenzar a practicar desde los 3 años en adelante; no obstante en la adolescencia es cuando ya se pueden preparar para las diversas competencias de combate y hasta Juegos Olímpicos.
“Se trabaja también mucho con los valores que son la disciplina, el respeto, la colaboración y el trabajo en equipo”, comentó José Rafael Silva Valdez, instructor de la academia Malala y segundo dan de Tae Kwon Do.
El combate se lleva a cabo en un área de 8x8 m llamada “área de combate”, que se encuentra dentro de una superficie de 12x12 m llamada “área de seguridad”.
El combate es a 3 rounds o vueltas de 3 minutos, por 1 minuto de descanso entre cada uno de estos y es manejado por un árbitro central, que es asistido por cuatro jueces de esquina. Las áreas que se pueden atacar son pecho, costado y vientre (con puños y pies), cara, cabeza y cuello (sólo con los pies).
Para poder participar en un combate es obligatorio usar el traje de Tae Kwon Do, peto protector, casco para proteger la cabeza, suspensorio (para ambos sexos); y protectores para brazos, manos y piernas.
Este arte marcial también cuenta con grados o cinturones de varios colores que son el blanco, el amarillo, naranja, verde, azul, roja y negra.
En los Juegos Olímpicos de Seúl, Corea del Sur, 1988, hizo su primer aparición en dicha justa como un deporte de exhibición. En los Juegos Olímpicos de Barcelona ’92 continuaron como una competencia de exhibición y no fue sino hasta los Juegos Olímpicos de Sydney 2000 que se convirtieron en un deporte olímpico oficial.