La gimnasia de trampolín se ha afianzado a través de los años en nuestra entidad y una de las figuras que más ayudó en la proyección y desarrollo de este deporte, ha sido Julio César Bécuar Peña, quien ahora forma parte del Salón de la Fama del Deportista Sonora Clase 2022.
El nacido en Empalme siempre fue un amante del deporte desde temprana edad, practicando diversas disciplinas y llegando incluso a ser campeón nacional de halterofilia.
“Gracias a Dios tuve la oportunidad de desarrollarme dentro del ámbito deportivo y que se dieron los resultados y claro que no fueron fortuitos, fueron en base a mucho sacrificio y esfuerzo de los deportistas en primera instancia y su familia”.
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“Obviamente también a las autoridades porque sin ellos tampoco hubiéramos contado con los recursos para lograr los objetivos”, comentó para El Sol de Hermosillo.
Sus inicios en su natal Empalme fueron en el beisbol, sin embargo, fue tras su llegada a Hermosillo a los once años, cuando descubrió varias disciplinas que le cautivaron.
“Practiqué a manera recreativa el basquetbol y el futbol en especial, pero llegando a la preparatoria conocí la lucha olímpica en la Universidad de Sonora y me inscribí con el profesor Abelardo Moreno y estuve tres años entrenando con ciertos logros a nivel nacional (subcampeón en lucha grecorromana)”, explicó.
“A los 18 años incursionó de manera un poco fortuita en halterofilia, porque yo tenía una lesión y, a manera de terapia, me acerco al gimnasio de pesas y resulta que me llama la atención y tengo una carrera de seis años hasta que fui campeón nacional en 1986 en la ciudad de Puebla en la categoría ligero completo (82 kg) y prácticamente como deportista fue mi máximo logro”, afirmó.
De igual manera practicó el futbol americano con los Búhos de la Universidad de Sonora durante su etapa universitaria, además de ciclismo de ruta y montaña, carrera pedestre y un poco en el frontenis.
El paso a la gimnasia
Fue durante esa época (18 años) que tuvo su primer encuentro con la gimnasia, pues tenía inquietud de practicar, pero el resultado de su acercamiento le cambió la vida.
“Me acerqué al Gimnasio del Estado, dirigido el club por el profesor García Alvarado y me dijo ‘aquí no tenemos alumnos de tu edad, pero te puedo dar la oportunidad si me ayudas’ y ahí empezó mi carrera como maestro de gimnasia”.
“Primeramente lo hice bajo su tutoría, aprendiendo mucho de su filosofía, sus técnicas, metodología y, posteriormente, en base a la observación, práctica y cursos a nivel nacional, ya pude desenvolverme como entrenador de gimnasia artística, que fue durante 23 años (de 1980 a 2003)”.
“Después, a partir de 2002, combinando con la modalidad de trampolín, incursionó en esta disciplina y ya en 2003 decido quedarme únicamente con gimnasia de trampolín”, aclaró.
Tras su incursión como entrenador, llegaron logros a nivel nacional e internacional por parte de sus pupilos, los cuales lo llevaron a dirigir la selección nacional de la disciplina, hasta finalizar su carrera en el año 2014, pasando a fungir como coordinador; además, desde hace varios años es maestro de educación física.
A pesar de ser el precursor de la gimnasia de trampolín en Sonora, el ex entrenador fue claro y aseguró que fue un trabajo en conjunto.
“Lo inicié momentáneamente, sin embargo, un año después, se incorpora el profesor Iván Sandoval e hicimos una dupla muy buena, porque yo trabajo con varones en trampolín y él con mujeres, teniendo muy buenos resultados”.
Cabe destacar que es el entrenador que más tiempo ha estado en gimnasia de trampolín, así como el que más logros ha conseguido a lo largo de su carrera.
“Ahora continúa, afortunadamente, uno de mis alumnos destacados, Milton Bécuar Daniels, mi hijo, quien ahorita está trabajando con buenos resultados”, dijo con orgullo.
Trampolín en Sonora
El recién inmortalizado también habló respecto al crecimiento que ha tenido la disciplina en la entidad, pues aseguró que al principio no fue sencillo, pues no se contaba con los recursos necesarios, pero igual se trabajó con motivación de trascender.
“En 2002 iniciamos con un trampolín que no era oficial, siendo un aparato auxiliar de la gimnasia artística y que no cuenta con las características, era demasiado liviano con una malla que no es de una gran resistencia para saltos de cierta altura y también los resortes no eran de la resistencia que deben de tener”.
“Con ese trampolín iniciamos los pininos y nos llevó a participar a las primeras competencias de Olimpiada Nacional y en 2003 ya tenemos uno oficial, le llamábamos ‘trampolín hechizo’ con las características muy similares a los oficiales, pero no lo era, sin embargo, nos permitía entrenar a un nivel más elevado, pero era muy peligroso y eso también a los gimnastas los mantenía con un poco de inseguridad”, expuso.
Fue hasta el 2004 cuando el equipo se pudo hacer con un trampolín de carácter oficial y en el año 2007 se incrementó con el segundo, además de contar con todas las medidas de seguridad, por ejemplo, con colchones, algo que ayudo a los gimnastas a tener mejores resultados.
“En 2010 tuvimos el mayor resultado, en la categoría Mayor (primer lugar individual, sincronizados y por equipos) y el gimnasta Jorge García Miranda, tuvo el derecho a participar en Juegos Centroamericanos y del Caribe”.
“Era la primera vez que trampolín era aceptado en esos juegos, era la primera participación de México y Jorge quedó campeón, medalla de oro; fue un año de ensueño y de ahí fue el parteaguas”, señaló.
Actualmente cuentan con seis trampolines, entre cinco oficiales y el “hechizo” que se ha mantenido como parte de la historia de la disciplina en la entidad, beneficiando a que más niños y niñas puedan acercarse y practicar gimnasia de trampolín.
Nuevo inmortal del Salón de la Fama
Bécuar Peña entró al Salón de la Fama del Deportista Sonorense como parte de la Clase 2022 y fue el encargado de dar el discurso por parte de los demás entronizados.
“En el evento mismo, cuando me nombran y paso al frente, decantaron todas esas emociones que no puedo explicar porque no controlé, por lo que no puedo contestar qué era lo que sentía, pero fue una sensación de estar muy emocionado”.
“Son sentimientos, una serie de pensamientos que se me vienen y en el fondo, uno como entrenador o persona, que cuando hay una distinción establecida como es la entronización al Salón de la Fama, cuando todos aspiramos en el fondo, yo estaba muy tranquilo con los logros que había tenido, independientemente de que no ingresará, yo estaba conforme con lo que había hecho”, aseveró.
“Nunca hice lo que hice por llegar a ser ‘inmortal’, es una vocación que creo que Dios me proporcionó y obviamente mis padres, una vocación hacía la docencia, en este caso hacía el deporte, tan así que dejé de lado mi profesión como químico biólogo y me dediqué por completo a la educación física”, completó.
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Además, agradeció encarecidamente a su familia que siempre lo apoyó, siendo sus hijos su motor y mayor motivación para sólo dedicarse a gimnasia de trampolín, disciplina que han practicado, convirtiéndose en algo familiar.
De igual manera dio una mención especial a sus atletas, aquellos que estuvieron con él tantos años y que sin ellos, a sus palabras, no estaría hoy en el Salón de la Fama del Deportista Sonorense.
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