Naranjeros de Hermosillo es uno de los equipos más históricos y representativos del beisbol mexicano, siendo el más ganador de la hoy Liga Arco Mexicana del Pacífico (16 títulos), por lo que es comprensible que por sus filas hayan pasado peloteros extranjeros de gran nivel.
El beisbol invernal se ha caracterizado por ser un puente entre Ligas Menores y Grandes Ligas, por lo que muchos jóvenes se dieron a conocer en esta pelota, algunos llegando a ser historia con el club hermosillense.
Chris Roberson
Empezamos con, quien para muchos especialistas, es el extranjero más productivo que ha pisado el beisbol invernal mexicano en toda su historia.
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El nacido en Oakland, California, en 1979, es el extranjero con más temporadas en la LAMP con 15, de las cuales 6 vistió los colores de Naranjeros de Hermosillo, con quienes debutó en el inverno mexicano en la lejana 2005-06.
Roberson fue pieza clave en los títulos del equipo hermosillense en las campañas de 2006-07 y en la 2009-10, disputando 58 juegos con 64 hits, 6 dobles, un triple y 5 cuadrangulares, anotando 44 carreras y remolcando 22 más para un promedio de .277 en la primera; mientras que en la segunda culminó con .232 con 39 hits, 6 dobles y 3 jonrones; 29 anotadas y 11 producidas en 41 juegos.
Además, vistiendo los colores naranja y negro, lideró el rubro de anotadas en la 2008-09 (46) y 2010-11 (38).
De por vida en LAMP, es líder entre los peloteros extranjeros en hits (889), carreras anotadas (511) y triples (26), ganando tres títulos en total y varios Guantes de Oro en los jardines.
Jerry Hairston
Otro pelotero que forjó su carrera en Naranjeros de Hermosillo, fue el legendario Jerry Hairston, quien, a diferencia de Roberson, si tuvo más de dos temporadas en activo en Grandes Ligas, en su caso, con Medias Blancas de Chicago.
Hairston es uno de los peloteros extranjeros de más tradición y que con más cariño se recuerda, no sólo en la pelota invernal, sino en Hermosillo, más en concreto.
El nacido en Birmingham, Alabama, en 1952, llegó a Naranjeros en la temporada 1972-73, manteniéndose hasta la de 1978-79, para posteriormente regresar en la 81-82; mientras que en Grandes Ligas, jugó desde 1973 hasta 1989 con los Medias Blancas.
El jardinero, que también podía cubrir primera base, alzó tres títulos con Hermosillo (1974-75, 1975-76 y 1981-82), además de ser parte del equipo histórico que se coronó por primera vez en Serie del Caribe en la 75-76.
Sobre el diamante, sobresalen sus campañas de la 74-75, cuando marcó porcentaje de .311, lo que le valió ser “Campeón de Bateo”, además de una temporada de 10 cuadrangulares (1981-82).
En la “Gran Carpa”, dejó números de 438 hits, 91 dobletes, 6 triples, 30 palos de vuelta entera, 216 carreras anotadas y 205 remolcadas, para un promedio de .258 y aunque siempre fue requerido con Medias Blancas, siempre intentó volver al beisbol invernal para jugar con Naranjeros, equipo al cual le profesó siempre su cariño.
Así como estos peloteros, también hay algunos que no estuvieron muchos años con Hermosillo, sin embargo, su paso con el club les valió terminar de ganarse un sitio en Grandes Ligas, donde, posteriori, forjaron carreras espectaculares.
Hairston se casó con la sonorense Esperanza Arellano en una ceremonia que se celebró dentro del Estadio “Héctor Espino” con sus compañeros formando un arco con sus bats.
Curt Schilling
Posiblemente uno de los mejores lanzadores de las últimas décadas y, el mejor pelotero que ha dado Alaska, también vistió los colores hermosillenses, por poco tiempo, pero uno que enmarcó con letras de oro.
En 1988, un joven Schilling de 21 años llegó a Naranjeros, tras sus primeros pasos en Grandes Ligas, aquel entonces con Orioles de Baltimore, sin embargo, llegaba como uno de los mejores prospectos de la organización y lo demostró.
Su paso por la LAMP fue corto, de sólo cuatro aperturas, dejando un récord de 1-1 con efectividad de 3.91 y si te preguntas ¿eso qué tiene de impresionante? Bueno, el joven oriundo de Alaska, se dio el lujo de lanzar uno de los 54 juegos sin hit ni carrera en la historia de la liga y es el único que han lanzado en la organización.
Aquella noche del 10 de noviembre de 1988, el joven lanzador hizo lo que nunca se ha vuelto a ver con Naranjeros, tiró un juego sin hit ni carrera ante la afición que abarrotó el “Héctor Espino”, duelo en el cual vencieron 2-0 sobre Tomateros de Culiacán; además recetó 14 ponches.
Posteriormente, construyó una carrera impresionante en la MLB, vistiendo los colores de Baltimore, Astros de Houston, Filis de Filadelfia, Arizona Diamondbacks y Medias Rojas de Boston, desde 1988 hasta 2007.
Schilling se encuentra dentro del selecto grupo de lanzadores con 3 mil o más ponches (3116), dejando un récord de 216-146 de por vida en 569 juegos (11-2 en postemporada), además de alzar el título de Serie Mundial en tres ocasiones: 2001 con Arizona y dos veces con Boston (2004 y 2007).
Larry Walker
Con quizá menos reflectores, un joven Larry Walker también se visitó de naranja, en su caso, durante la temporada 1987-88.
Quien se haría famoso como un bateador de mucho poder en Grandes Ligas, sobre todo con aquellos espectaculares Rockies de Colorado de los años 90, casualmente junto a otro naranjero, Vinicio Castilla, tuvo un efímero paso por Hermosillo.
Walker, de aquel entonces 20 años, llegó al beisbol invernal mexicano como el mejor prospecto de los desaparecidos Expos de Montreal.
El canadiense fue parte del gran equipo que cayó en semifinales ante Toros de Tijuana, disputando 53 encuentros para un promedio de .237, bateando.
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Ya en Grandes Ligas haría una carrera prominente, la cual lo llevó a estar actualmente en el Salón de la Fama, jugando de 1989 a 2005 con Montreal, Colorado y Cardenales de San Luis, ya en el ocaso de su trayectoria.
Dejó promedio de .313 en 1988 juegos, con 2160 hits, 383 cuadrangulares, 1355 anotadas y 1311 más rayitas remolcadas.
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