Tomateros de Culiacán (2-2) recibió a Naranjeros de Hermosillo (3-1) en el primer duelo de la serie clásica de la LMP, donde los sonorenses se impusieron por paliza 10-3.
En el duelo sobre la lomita de los disparos, Romario Gil abrió por los guindas, mientras que Luis Alonso Mendoza lo hizo por los naranjas.
Mendoza (3-4) se llevó el triunfo en labor de 6.0 entradas, permitiendo 7 imparables para 3 carreras de daño, otorgando par de bases y recetando 6 chocolates. Gil (1-5) cargó con la dolorosa derrota.
Hermosillo atacó rápidamente en el amanecer del primero episodio, tras un rodado de Julián León por tercera, que un mal tiró de José Chávez en tiro a segunda, cayeron par de carreras naranjas.
Luis Alfonso Cruz (1) explotó en su regresó a Culiacán con un cuadrangular de tres rayas que dejaban la pizarra 5-0 a favor de la visita.
Culiacán también abrió su marcador en un elevado de sacrificio de Sebastián Elizalde en la franja de advertencia, anotando Rico Noel el 5-1.
Pero naranjeros aumentó una vez más la ventaja, cortesía de un rodado de sacrificio por primera de Reynaldo Rodríguez, pisando Irving López el pentágono con la sexta rayita visitante en el segundo rollo.
En el tercer episodio, Elizalde volvió a combinarse con Noel en las bases para hacer daño en un sencillo por el izquierdo para la segunda carrera guinda.
Tomateros recortó aún más la distancia con sencillo de imparable de José Vargas suficiente para mandar al plato a Elizalde con el 6-3.
Rodríguez apareció de nuevo en la cuarta entrada, ahora en un elevado de sacrificio para remolcar la séptima carrera visitante en los pies de Roel Santos.
Las acciones no se volvieron a mover hasta el octavo rollo, tras un doblete de Santos en una línea por el derecho, anotando José Cardona el 8-3 hermosillense.
Alex Robles se hizo presente en un imparable más productor para la novena rayita naranja que lapidaba el juego 9-3 en los pies de López.
El rally se hizo de tres en la entrada con rodado para base ocupada de Francisco Peguero, suficiente para Santos que clavó el décimo clavo en el ataúd guinda.