Pega Yaquis primero, vence a Charros con 8-3

Ciudad Obregón derrotó a Jalisco en el primer juego de la final de la Liga Mexicana del Pacífico

Redacción

  · martes 22 de enero de 2019

Foto: Especial

Charros de Jalisco (0-1) abrieron en su estadio la gran final de la Liga Mexicana del Pacífico ante Yaquis de Ciudad Obregón (1-0), donde los sonorenses se quedaron con el triunfo 8-3 y dieron el primer golpe.

En el primer duelo de pitcheo abridor, Orlando Lara subió a la lomita por los locales, mientras que Javier Arturo López lo hizo por la visita.

López terminó por adjudicarse el triunfo, mientras que Lara cargó la dolorosa derrota.

Jalisco pegó primero en la parte baja del segundo capítulo, cortesía de Dariel Álvarez, quien mandó la pelota por todo el jardín derecho en un cuadrangular en solitario para el 1-0 en la pizarra.

Charros volvió a cantar en el cuarto capítulo, tras el palo de vuelta entera de Japhet Amador por el izquierdo, castigando a López para el 2-0.

Obregón respondió en el quinto rollo, logrando romper el cero con un tablazo de Yordanys Linares entre el izquierdo y el central, apretando el juego 2-1 y volviendo a la vida.

La tribu despertó, acrecentando el rally ahora a tres carreras tras un doblete remolcador de par de ellas de Víctor Mendoza, haciéndose con la delantera 3-2 en una costada entrada para el pitcheo jalisciense.

El descontrol continuó en la loma tapatía, llegando la cuarta del partido y de la entrada para los sonorenses de “caballito”, tras el pasaporte con las bases llenas de Felipe González a Carlos Sepúlveda.

Obregón tomó un respiro en el octavo rollo, cuando Estaban Quiroz se hizo presente con un sencillo remolcador, suficiente para que cayera el 5-2 en los pies de José Aguilar.

El poder de los sonorenses volvió a explotar con un cuadrangular de Isaac Paredes, palo de tres rayitas que dejaba todo 8-2.

Sin embargo, Jalisco no bajó los brazos, anotando en la novena entrada en un elevado de sacrificio a Agustín Murillo, entrando al plato Alberto Carreón con la tercer carrera, que no fue suficiente.