Con una ofensiva comandada por Jimond Ivey y Jeff Ledbetter, los Rayos de Hermosillo vencieron con un contundente 107-89 a los Astros de Jalisco y barrieron la serie final para hacerse de su segundo campeonato en cinco años y el cuarto en la historia de la franquicia dentro del Circuito de Baloncesto de la Costa del Pacífico (Cibacopa).
Para el equipo de la perla tapatía era todo o nada, después de caer en los primeros dos encuentros en casa y perder el tercero en tiempo extra, ya en suelo sonorense.
De nueva cuenta en la Arena Sonora, los Astros arrancaron el cuarto partido de la serie con una racha a favor de 9 a 3, pero los Rayos rápidamente enderezaron el rumbo de la mano encendida de Ledbetter, quien terminó el primer cuarto con 11 puntos, incluyendo 3-3 en triples.
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El segundo cuarto abrió con un triple de Jeff Ayres, quien fue pieza clave en todo el encuentro sumando 17 puntos, 10 rebotes y cuatro asistencias en tan solo 20 minutos de juego.
Apoyado por su gran afición, el equipo de Hermosillo cerró el medio tiempo con un parcial de 20 a 10 y amplió su ventaja 53 a 35.
La segunda mitad fue mucho más pareja, pero la crónica del partido ya había sido escrita: a cualquier amenaza de una vuelta al marcador por parte de Astros aparecía alguna jugada espectacular de Rayos.
Después de un inicio discreto, el hermosillense Diego Willis apareció en plan grande en el último cuarto, con dos triples consecutivos que liquidaron las esperanzas de una remontada por parte de los jaliscienses y sentenciaron el encuentro.
El coach Walter McCarty vació la banca de los Rayos con 3:22 por jugar, haciendo estallar en júbilo al público hermosillense que atiborró la Arena Sonora, reconociendo el esfuerzo de un equipo que vino de atrás toda la temporada regular y que en la postemporada fue creciéndose conforme avanzaban hasta las finales.
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Con este título, los Rayos de Hermosillo lograron su venganza particular al vencer por primera vez a Astros de Jalisco en las finales, luego de caer ante ellos en esta misma instancia los dos años anteriores.
Jimond Ivey fue reconocido como el Jugador Más Valioso de las finales, promediando 22 puntos, seis rebotes y 4.5 asistencias.
Además, el equipo de la capital sonorense se posicionó como la franquicia con más títulos conseguidos en la Cibacopa, sumando el cuarto trofeo de campeón a sus vitrinas en nueve finales disputadas.
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