Los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020 llegaron a su fin con una gran actuación de la delegación mexicana y El Sol de Hermosillo pudo tener una charla con la medallista de bronce en Impulso de bala F12, Rebeca Valenzuela.
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La hermosillense, quien compite en la categoría de Ciegos y Débiles Visuales, volvió a dejar en alto el nombre de Sonora y México con su segunda medalla en una justa de este nivel (la primera en Río 2016).
“Tokio representó muchas cosas, fue un ciclo sin precedentes de cinco años, la espera fue muy larga, tuvimos una ausencia competitiva de 17 meses, así que había mucha incertidumbre. Como se respetó el ranking de 2019, muchas de las competidoras no se presentaron en dos años, no había un registro, no sabíamos realmente a qué nos íbamos a enfrentar”.
“Fue un reto en todos los sentidos, tuvimos condiciones climáticas muy duras, las competidoras venían muy bien preparadas, estaban fuera de horario, de ritmo, alimentación, de todo, entonces, creo que esta competencia, al igual que todas, tiene su expectativa, pero creo que Tokio lo podría encapsular como resiliencia”, comentó.
Lanzamiento de bronce
La competencia no fue nada sencilla para la mexicana, pues tuvo que reponerse a un arranque complicado y ajustarse a unas condiciones de clima muy pesadas por la intensa lluvia que caía en la capital nipona.
“El cuarto lanzamiento fue muy épico, porque el primero fue muy malo, me resbalé, pero en las condiciones climáticas, como estábamos calentando, las competidoras se estaban cayendo, era un caos el círculo, estaba demasiado liso y eso no dejaba que pudiéramos trabajar técnicamente bien”, explicó.
“Después de ahí, foul y foul, porque no me encontraba en el círculo y me resbalaba mucho y ese tema sí me provocó un poco de conflicto, porque me estaba desesperando por no dar buena marca, porque había entrado con la idea que desde el primer lanzamiento salir a buscarlo, mejorar mi marca personal”.
“Lamentablemente mi entrenador estaba demasiado lejos, no podía escuchar sus indicaciones, ahora sí, que me tocó trabajar mucho inteligentemente, opté por yo secar el círculo para que eso me diera más seguridad y afianzarme más a la hora de ejecutar el lanzamiento y dije ‘¿qué me diría mi entrenador en este momento?’, hice alusión a sus palabras, ciertos consejos, cerré el panorama”, señaló.
Cabe recalcar que Valenzuela Álvarez marcó 13.72 metros en su cuarto intento, registro que le dio el tercer sitio en el podio e impuso un récord tanto personal como para el continente.
“La verdad que fue un gran lanzamiento, mejoré mi marca personal, impusimos nueva marca de América y eso para mí fue un logro más que el simple récord, para mí fue la superación de la adversidad, el clima, la competencia, reponerme de haber tenido un mal inicio, gracias a Dios pudimos sacar el resultado y me siento muy satisfecha por la medalla”, dijo contenta.
Sobre esta presea de bronce, la lanzadora mencionó que disfrutó ambas competencias de diferente manera, pero con el mismo valor, por lo que no cambiaría ninguna.
“No podría elegir, porque Río fue mi primer podio y Tokio representa muchas cosas, porque tuvimos un 2020 de pérdidas, adaptaciones, un ciclo sin precedentes, creo que los dos me pusieron igual de nerviosa y los dos los recibo con mucha alegría y mucho afecto y creo que no podría elegir entre ninguna de las dos”.
¿Qué sigue ahora?
Valenzuela espera tener alrededor de un mes de descanso, aunque sin dejar de mantenerse en forma física, pues está consciente que hay competiciones importantes que se acercan y se mira en otros Juegos Paralímpicos.
“Tenemos el mundial en puerta en julio, ahora este ciclo va a ser muy corto, en 2023 Panamericanos y otra vez el mundial y en 2024 está París, no tenemos mucho tiempo para divagar, hay que redoblar esfuerzos, tenemos un periodo de tránsito, pero es descanso activo, pero aprovechar ese tiempo para convivir con la familia y me gente”.
“Siempre he estado en constante reto personal, esto es un reto personal para mí como lo fue la universidad, la maestría, entonces, trabajar y equilibrar esos horarios para mí siempre ha sido como parte de la sazón que he da a mi vida. Estoy muy dispuesta, muy contenta por lo que se viene y aprovechando todas estas cosas buenas que se han dado”, aclaró la dos veces medallista paralímpica.
La lanzadora también expresó su motivación por continuar en el deporte de alto rendimiento, pues dijo que se sentía en un camino monótono e incluso pensó en retirarse en 2020, sin embargo, tras la pandemia se dio cuenta que ama estar en dicho mundo, tomando un “segundo aire” en su carrera deportiva y que le ayudó a mejorar.
“Llega una Rebeca más madura en este proceso, yo defiendo mucho la honestidad y tengo que ser muy sincera cuando yo pensaba que en el 2020 me iba a retirar, porque ya estaba cansada y no tanto físicamente, no por las lesiones, ya mentalmente no estaba disfrutando tanto, yo creía que estaba como en una monotonía”.
“Entré en una madurez deportiva que no tenía antes, con mucha más disposición de querer hacer las cosas bien, de observar detalles que antes no les prestaba tanta atención”.
No es un camino fácil
La para-atleta fue muy clara, el deporte adaptado no es fácil y merece un respeto, incluso mayor ante la adversidad contra la cual luchan los deportistas día tras día en su vida diaria, siendo ejemplos del esfuerzo y superación.
“Muchas veces se cree que por ser un deporte paralímpico no se esfuerzan, sí es un poco lascivo que se crea que el deporte paralímpico es menos difícil o no tiene tanto mérito, yo invitaría a la gente y no por morbo, por conocimiento y por empatía, que pasará unos días con una persona con discapacidad para que entiendan el esfuerzo diario que se hace, yo creo que merecen hasta el doble o triple de reconocimiento”, aseveró.
De igual manera, señaló el gran trabajo que realizó la delegación mexicana en Tokio, rompiendo el récord de medallas y llegando a los 300 oros de por vida.
“Como delegación nos fue muy bien, 22 medallas, ni en Londres obtuvimos ese resultado, la expectativa eran 13 medallas, por lo mismo de que íbamos con la incertidumbre, caen las 15 y previó a eso llegamos a las 300 de oro”.
“Yo no sabía, pero me toca ser la número 16 (ganadora de medalla en Tokio) que mejora lo conseguido en Río, pero eso no acabó ahí, comenzó con mi medalla, pero al final del día fueron como seis medallas”.
“Estoy consciente a plenitud que los 60 atletas que fueron a competir, salieron a dar su mejor resultado, su máximo esfuerzo y fueron 60 guerreros los que se presentaron en esta justa” afirmó.
Por último, mandó un mensaje a los jóvenes y padres de familia, para que volteen a ver el deporte como una opción real para sus hijos.
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“El deporte tiene una cualidad, te crea carácter y te enseña a reponerte a las adversidades y eso, quieras o no, terminas aplicándolo en la vida diaria, tengas o no una discapacidad, si tienes un hijo, la mejor opción que podrías regalarle o darle, es meterlo a un deporte, no por el pensar en el alto rendimiento o una justa olímpica, sino por el simple hecho que te enseña muchos valores”, finalizó.