Bubú, el perrito policía falleció el pasado lunes. El agente de la unidad Unidad K-9 dejó un importante legado de lealtad y compromiso al interior de la corporación de la Policía Municipal, pasando sus últimos días en retiro y rodeado de comodidades y amor de sus cuidadores.
De acuerdo con la Policía Municipal, el elemento canino sirvió durante nueve años en la corporación y falleció a la edad de 15 años, debido a enfermedades derivadas de su vejez, pues padecía de daño renal y hace tres años perdió la vista debido a que padeció de moquillo.
Gustavo Quiroz, elemento de la Unidad K-9, se encargó de darle a Bubú una jubilación digna, disfrutando de viajes en las playas de Guaymas y Hermosillo, así como del amor constante de familiares y amigos que lo frecuentaban, pues se trataba den un perro sumamente carismático, además de ser famoso por su labor como policía.
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“Yo lo tuve a cargo de su jubilación, tenía un año aproximadamente, no me tocó estar en servicio con él, pero se dio en adopción y se los dieron a los manejadores y yo me decidí quedarme con él. Traté junto a mi familia de darle la mejor vida posible, tratábamos de sacarlo a pasear a las playas y que estuviera en contacto con otros perritos, lamentablemente estaba viejito y se notaba cansado”, dijo.
Por su parte, Blanca Aguilar Atondo, quien sirvió junto a Bubú durante 9 años en la Policía Municipal, no pudo evitar romper en llanto al despedirse de su amigo labrador de color miel, pues lo recordará por siempre por su trabajo y heroísmo, además de su carácter amigable y a veces travieso.
La oficial recordó que, como parte de los binomios caninos, Bubú estuvo especializado en la búsqueda y detección de explosivos, además de trabajar en operativos para localizar narcóticos y armas prohibidas.
“Era un perro bien enérgico, era muy amable, era muy amigable más que nada, muy bien perro detectando, trabajamos en muchos operativos, detectando tanto narcóticos como explosivos, también armas de fuego y muchos resultados positivos; de hecho, para los operativos mochila que se hacían anteriormente, era una sensación porque podían tocarlo los niños y el seguía trabajando”, agregó.
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Y es que, a pesar de perder la visión en un ojo y quedar solamente con 40% en otro, a consecuencia del moquillo, se notaba la energía de Bubú para seguir viviendo, participando aún así en incontables operativos y acciones policiales al servicio de la ciudadanía, por lo que será recordado como un gran elemento dentro de la corporación policíaca.
El próximo jueves 6 de junio, las cenizas de Bubú serán entregadas a la Jefatura de Policía Preventiva y Tránsito Municipal, para ser ser resguardadas en las instalaciones de la Unidad Canina, ubicada en los patios de la Comandancia Zona 2 Norte.
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