La tradicional celebración mexicana del Día de Muertos es para honrar la memoria de los familiares, amigos o conocidos que se adelantaron el camino; cada lugar realiza una actividad distinta, en Sonora los panteones de algunos municipios se iluminan con velas para esperar la llegada de sus seres queridos.
La familia Valenzuela Moroyoqui, viaja cada año a El Quinto Viejo, una comunidad que pertenece al municipio de Etchojoa, para visitar a sus difuntos. El día 1 de noviembre llegan desde temprano para limpiar las tumbas, llevan flores, velas, coronas, colocan ofrendas y pasan tiempo con ellos.
Al caer la noche se hace una velación hasta la madrugada del día 2 de noviembre; esta se lleva acabo cada año con el propósito de que las personas puedan tener una conexión espiritual con los difuntos por medio de su música favorita, alimentos y algunos rezos.
Debido a la pandemia por Covid-19, los cementerios permanecerán cerrados para evitar contagios por lo que muchas personas no podrán realizar este acto, tal es el caso Zuceth Valenzuela y su familia, quienes tuvieron que cambiar sus planes y quedarse en casa recordando a sus familiares.
“La propuesta surgió ante la necesitad de recordar a nuestros seres queridos y tras la prohibición de visitar los panteones, nosotros somos originarios de El Quinto Viejo, este año no podremos seguir con la tradición por la pandemia”, comentó.
Hace una semana Cristina Moroyoqui mamá de la joven, le propuso montar un altar en casa, fue entonces que Zuceth comenzó a investigar en Internet sobre los niveles que debe llevar, utilizó materiales reciclados como cartón, jabas, manteles, flores y materiales de plástico para adornarlo y con ayuda de su sobrino Bequer de 5 años de edad crearon un altar para los difuntos.
“Se siente una energía muy bonita estar ahí en panteón, todo lo iluminado que pueda percibirse es con las velas que pone la gente en las tumbas porque no hay luz eléctrica en el lugar, es toda una tradición, eso hacemos todos los años, pero en esta ocasión lo único que nos queda es acatar las órdenes que nos dan las autoridades y resguardarnos en casa”, manifestó Zuceth.
El altar está dedicado a tres personas muy importantes en la vida de la familia, su hermano Edén Valenzuela quien falleció a los 3 meses de edad, hace 16 años; su prima Adriana, quién murió en un accidente automovilístico hace 6 años, y para su abuela materna María Jesús Mendívil, así como también a todas las mujeres que fueron asesinadas en México.
“Siempre me han gustado las tradiciones mexicanas, es algo que siempre he disfrutado porque me acercan a mis raíces; entonces en esta fecha en especial a mí me llena de energía, me transmite tantas cosas y siento que puedo comunicarme con las personas que ya se fueron y puedo rendirles este homenaje y que su presencia nos rodea en estas fechas”, compartió.
La joven asegura que le gustaría replicar de nuevo la actividad, sin embargo espera que el próximo año haya acceso a los panteones para continuar con la tradición de la familia.
También comentó que el trabajo del altar le llevó alrededor de cuatro días para diseñar, limpiar la sala de su casa y conseguir los elementos relacionados como veladoras, pan de muerto; también colocó un biberón para su hermano, el café y la coca cola de vidrio para su abuelita, finalmente para su prima un vestuario, zapatos y accesorios de folclor, ya que era licenciada en Danza Regional Mexicana.
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“Los invito a que se animen a hacer este tipo de actividades en familia para disfrutar de la tradición mexicana y también para explotar la creatividad porque todo esto es un arte y las tradiciones, cultura. Hacer un altar es arte, es algo que une a las familias que están ligadas con nuestras raíces”, concluyó.