Ana Laura Espinoza tuvo su primer acercamiento en el arte a los cinco años de edad, pues cada día su madre -Rita Rodríguez- le inculcaba el amor por esta disciplina.
Al iniciar las clases escolares se levantaba con entusiasmo para asistir al kinder donde diariamente su maestra le facilitaba materiales como colores, crayones y hojas blancas para hacer sus dibujos, y para poner en práctica todo lo que aprendía en casa, como pintar de manera correcta y hacer la mezcla de colores.
“Mi mamá me ponía a pintar diariamente desde el kinder, me enseñaba a no salirme de la raya y pintar parejo, ahí fue donde se dio cuenta que tenía un talento nato, ya que nunca he tomado clases de arte; todo lo que fui aprendiendo fue viendo videos tutoriales, mi imaginación y creatividad para explotar los materiales”, mencionó Ana Laura.
A los 17 años comenzó a trabajar como auxiliar administrativo en una empresa, por lo que no se daba el tiempo para tomar talleres o conocer otras técnicas de arte; sin embargo, siempre había tenido la inquietud de abrir su negocio propio.
Cuando empezó la pandemia hubo un recorte masivo en la empresa por lo que se quedó sin trabajo y ante la falta de ingresos pensó en hacer dibujos y venderlos entre sus conocidos para mantener una solvencia económica.
Fue en agosto de 2020 cuando nació Crearte, un negocio que ofrece artículos hechos a mano por la artista en distintas superficies, cuadros, protectores de pantalla, hojas blancas, entre otros y con apoyo de su pareja Sheyla García empezaron con las entregas en la ciudad de Hermosillo.
“La idea yo siempre la tuve en mi mente, pero nunca supe cómo iniciarla, hasta que un día sólo explotó, comencé haciendo dibujos a lápiz para mi familia y amigos cercanos, así fue como me di a conocer, después me involucré con las redes sociales y fui llegando a más personas, hoy en día tengo casi seis meses haciendo lo que me gusta”, expresó.
La artista aseguró que participó en varios concursos de dibujo y su deseo más grande ha sido tomar una clase o taller de arte para seguir reforzando su trabajo, también recuerda con nostalgia el primer dibujo que vendió, el retrato de una pareja hecho a lápiz por el que le dieron 50 pesos y fue ahí donde reconoció el valor de sus pinturas.
“Empecé primero con los dibujos a lápiz, un día en mi casa me entretuve pintando un protector para celular, la gente que lo veía me preguntaba que sí donde lo compré y desde ahí me hicieron pedidos, después pinté a una pareja en acuarela, la subí a redes sociales y a la gente le gustó, luego incluí, cuadros, popsocket, camisetas y otros artículos”, señaló.
En punto de las 8:00 horas comienza con el trabajo y concluye a las 17:00 horas, utiliza las técnicas de acrílico, acuarela, carbón y lápiz; la elaboración de los servicios varía en el tiempo un protector de dos a tres días porque necesita secado, el dibujo realista tres días y en acuarela un día.
“Disfruto mucho lo que hago, a veces pierdo la noción del tiempo hasta que me dan las 5:00 de la tarde trabajando, todo lo que hago me gusta, me piden dibujos especiales y lo mejor es cuando me mandan videos con la reacción de la gente que recibió alguna de mis creaciones”, señaló.
Su agenda se ha mantenido activa pues considera que ha tenido muy buena respuesta de la gente, actualmente se encuentra trabajando en un retrato de Frida Kahlo a lápiz, que será enviado a Nueva York, sus trabajos pueden variar en costos desde los 80 hasta los 2 mil pesos y para realizarlos sólo requiere despejar su mente y escuchar música de los noventa para relajarse.
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“Si tienen en la cabeza algún negocio o proyecto mínimo, que le pueden sacar provecho háganlo, no tengan miedo que se empapen de información, que busquen en Internet para conocer lo que realmente quieren hacer, apóyense con su familia amigos, muévanse en redes sociales ya que eso te ayuda a darte a conocer, el sol sale para todos algún día”, concluyó.