El otoño llegó, pero los días frescos apenas empiezan a sentirse en Hermosillo y ya se antojan las comidas y bebidas calientes como un rico coctel de elote, champurro, el tradicional café con pan que no puede faltar y los atolitos.
Por poco nos olvidábamos de los ricos atoles que para muchos es un ir y venir en la caja de los recuerdos porque, ¿qué niño no tomó un altolito de la abuela en una noche fría de invierno?
Los atoles son una bebida típica mexicana que empezaron a prepararlo nuestros ancestros cuando aprendieron a sembrar y cosechar el nixtamal, y durante años ha sido incluido en la dieta de la población mexicana.
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Existen de distintos sabores, como el más tradicional de fécula de maíz y azúcar, así como los polvos comerciales de fresa, coco, vainilla, nuez, caramelo, entre otros. Lo cierto es que ha ido evolucionando y hoy se preparan hasta de galletas marías.
El atole de galletas marías es relativamente nuevo, tiene un sabor único y delicioso, pero lo más importante es que aprendas a hacerlo para que en la comodidad de tu hogar disfrutes de esta rica bebida calientita.
Gracias al video en Facebook de Cocina Tutuli, podemos ver que es una preparación fácil, económica y deliciosa para disfrutar en una tarde fría que ya se aproxima a Hermosillo.
Ingredientes:
Un litro de agua
Un puñadito de canela
Dos paquetes de galletas marías
Un litro de leche
Leche evaporada
Leche condensada
Esencia de vainilla
Modo de preparación:
Ponemos un litro de agua a hervir y colocamos el puñito de canela, mientras esperamos el punto de ebullición colocamos las galletas marías en el vaso de la licuadora con un poco de leche.
Cuando el agua ya esté caliente, echamos la leche evaporada, después, licuamos las galletas con un chorro de leche y cuando la primera mezcla ya esté en ebullición, echamos la mezcla de las galletas con leche.
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Revolvemos bien y echamos dos cucharaditas de esencia de vainilla para después endulzar con la leche condensada. Seguimos dando vueltas a la mezcla y lo ponemos a fuego bajo.
Una vez que espese, agregamos un vaso de agua grande, apagamos y servimos y ahora sí: ¡A disfrutar!
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