La pasión por las bicicletas, pero también la conciencia ecológica ha llevado a algunos entusiastas a poner manos a la obra para poder cambiar por ellos mismos su entorno, sin esperar que gobiernos o instituciones lo hagan por ellos, de esta forma, de paso, inspiran a otros a que se sumen a este movimiento.

Se hacen llamar “Bikes & Trees”, un pequeño colectivo que van por algunos puntos del centro de Hermosillo, con herramientas, bidones llenos de agua y algunas plantas nativas de esta región de Sonora, para ir reforestando las calles de la capital sonorense y no solo embellecerlas sino, restarle a los efectos del cambio climático y el calentamiento global, con mayor vegetación y producción de oxígeno.

Así fue como Fidel Javier Castro Fragoso a mediados de este 2024 inició con esta iniciativa, que de a poco ha ido inspirando a más gente que se ha sumado a la idea de plantar árboles en algunas avenidas del centro de la ciudad, donde hay ciclovías, es decir, por donde ellos transitan, así como en la Plaza de los 100 Años, frente a la Universidad de Sonora.

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“Un día Sergio Müller de los ‘Caminantes del Desierto’ se acercó a mí y me dijo: ¿qué pensarías tú de una ciclovía llena de árboles? Y eso era algo que he pensado mucho tiempo y de ahí salió este proyecto con árboles y bicicletas, que la raza vaya en bicicleta y desde entonces andamos acá, pues toda la Yáñez ya la llenamos de árboles, donde se puede, porque hay lugares donde obviamente, no se puede”, relató Fidel.

Parte importante de todo este proyecto es trascender y lograr que mucha gente tome conciencia de que hacen falta muchos árboles en Hermosillo, ya que vivimos en un desierto, por lo que se busca que la ciudadanía en general se anime a tomar acciones similares en su casa, en su colonia o sector donde vivan.

Muchos años en bicicleta

Con más de 10 años de moverse por la ciudad a sus diferentes actividades en la bicicleta, como la fotografía, ha pertenecido a diferentes grupos de ciclistas, que suelen salir todos juntos a rodar por la ciudad, con la finalidad de hacer ejercicio y de ir creando la cultura del respeto hacia quienes no se transportan en automóvil.

Y con esta nueva idea en mente, desde junio de este 2024 que inició, ya son alrededor de 15 personas que cada domingo se reúnen en la puerta principal del Panteón Yáñez para recorrer esa ciclovía, detectar nuevos lugares para sembrar árboles y de paso darle mantenimiento a los que ya dejaron ahí en ocasiones pasadas, darles limpieza y ponerles agua.

“Esta era una iniciativa que que yo ya tenía muchos años que pensaba hacerla, pero no encontraba el empujoncito, ese de encontrar quién me iba a ayudar, con quién iba a realizarlo, porque es un poquito complicado por lo del agua, conseguir los árboles, herramientas y encontrarte con banquetas cerradas con concreto que no tienen espacio para un árbol, porque no podemos llegar a romper la banqueta”, recalcó Fidel.

Una labor interminable

Durante esas jornadas dominicales han conseguido ya sembrar alrededor de 40 árboles en esos sectores donde se han enfocado en primera instancia, porque la idea de Fidel Javier y el restos de sus compañeros de “Bikes & Trees”, es no parar, llegar a más lugares, a más ciclovías y que más gente los vea realizando estas acciones y que después ellos repliquen.

El activista explicó que decidieron iniciar por fuera de este panteón, porque precisamente ahí el colectivo “Caminantes del Desierto” ya tienen un andador, en donde han estado trabajando por algo de tiempo, reforestando, e iniciar ahí afuera es como darle continuidad a lo que otros ya han venido haciendo en ese mismo sector.

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“Para mí no hay como que un alto, hasta que me digan hasta aquí no, porque obviamente no podemos llegar a todas las banquetas a sembrar árboles, hay gente que no nos va a permitir hacerlo, que hasta eso que la banqueta es pública, hay gente que no entiende todavía eso, de hecho el primer árbol que sembramos, no lo sacaron tres veces y a la cuarta vez lo aplastó un carro, entonces ya vimos que ahí no”, recordó.

Una labor digna de resaltar, de dedicar el día de descanso a mejorar su entorno, de no estar con la familia un rato en lo que se hace este recorrido en la bicicleta, porque esto hay que verlo con un enfoque más allá, uno que le hace mucha falta a la ciudad, que en vez de irse haciendo verde, se va haciendo gris como el concreto, algo en lo que hay que detenerse a pensar detenidamente en definitiva.

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