El astronauta de la NASA, Scott Kelly no ve con malosojos volver a la Luna, aunque no lo considera "factible",como tampoco que el ser humano pueda viajar a Marte en lospróximos diez años con la tecnología actual. Ni siquiera tieneclaro que la NASA vaya a ser la primera agencia espacial enlograrlo. "No soy muy optimista con el entorno político quetenemos en Estados Unidos", ha señalado el americano, que ostentael récord de ser el hombre que más tiempo ha permanecido en elespacio.
Kelly presentó este lunes, 22 de enero, 'Resistencia.Un año en el espacio', libro en el que plasma estaexperiencia y en el que recoge sus memorias y aborda los retos másextremos a los que tuvo que hacer frente en su misión en laEstación Espacial Internacional (ISS).
A su juicio, la Luna es un buen escenario para poder practicarde cara a pisar el Planeta Rojo, pero no ve "factible" que se puedaregresar al satélite porque los planes de la NASA, en estesentido, han cambiado. "Realmente, no es una propuesta seria laidea de ir a la Luna, no me lo planteo seriamente", afirma enreferencia al deseo de Donald Trump de volver allí, que calificade "simple anuncio" y "publicidad". Para poder regresar, Kelly diceque la agencia espacial norteamericana tendría que tener "unpresupuesto, un administrador o un plan".
El astronauta no se muestra tampoco "optimista" con la idea deque la NASA sea la primera agencia en pisar el PlanetaRojo, y cree que este proyecto será más bieninternacional.
Scott Kelly pasó en el espacio 340 días, tiempo en el que ibaa vivir sometido a la ingravidez, la radiación y a los niveleselevados de CO2. El objetivo de esta misión era determinar si elcuerpo humano podría soportar un viaje a Marte.
Según apunta el astronauta, 'Resistencia. Un año en elespacio' es una autobiografía que arranca con su infancia y cuyo"marco" es este hito espacial. "Pero también es la historia de mifamilia, de la NASA, de cómo encontrar inspiración", añade.
Precisamente, un libro ('Elegidos para la gloria. Lo que hay quetener', de Tom Wolfe) fue el que le inspiró para convertirseinicialmente en piloto de la Marina.
"Cogí inspiración que me ha acompañado el resto de mivida, he visto cosas que me han motivado para hacer máscosas que veía posibles, y después de unos años, volé", relatael americano, que confiesa que nunca creyó que se convertiría enastronauta porque era "mal estudiante". "Pero es importante tenersueños, la clave es convertirlos en realidad", manifiesta.
Antes de su epopeya espacial, Scott Kelly ya permaneció 159días en la Estación Espacial. Según narra, la idea de volver alespacio no le interesaba al principio, pero después se dio cuentade que quería "más retos" y regresar.
Fallece JohnYoung, el noveno astronauta en pisar la LunaPreocupación: Qué pasará con su familia en latierra
Para el astronauta, permanecer tanto tiempo fuera de la Tierraconlleva preocupaciones y angustias: "Cuando estaba en la ISS, lavez anterior y esta última vez, lo que me preocupaba no era tantomi seguridad personal, sino lo que le pudiera pasar a mi familia enla Tierra", comenta. Kelly comenta algunos de los episodios vividosdurante su estancia a miles de kilómetros del planeta, como cuandose enteró de que su cuñada había recibido un disparo, suceso enel que además murieron seis personas.
"Tuve una experiencia tremenda", resume.
Sin embargo, el "peor momento" que pasó fue cuando recibió unallamada de emergencia de su hija de 21 años. Al final, resultóque la comunicación era para decirle que se sentía "sola". "Hay 7mil millones de personas ahí abajo, búscate una", le dijo enbroma.
Junto a estas preocupaciones, la estancia en el espacio le hapermitido hacer una reflexión sobre el planeta y el medioambiente: "Solamente tenemos un planeta, hemos de cuidarlo, dedetener la marca del cambio climático porque si no, pagaremos elprecio".
"Se aprende mucho de empatía, a tener más sintonía con lahumanidad, el planeta es increíblemente hermoso, pero siempre haymalas noticias sobre el planeta y creo que los que hemos pasadomucho tiempo en el espacio tenemos una perspectiva distinta alresto porque tenemos conciencia de ser parte del todo,de poder resolver problemas comunes",continúa.
Kelly asegura echar de menos algunas cosas de cuando seencontraba tan lejos de la Tierra: sus compañeros de tripulacióny el trabajo que realizaba. Pero también el agua. "En el espaciono nos damos duchas ni baños", comenta Kelly, por lo que confiesaque lo primero que hizo nada más pisar tierra fue tirarse a unapiscina. "Pero también el sentir la lluvia, el sol", rememoraKelly, que advierte de que los seres humanos dan por hecho muchascosas, como algo tan sencillo como sentarse, algo que no sucede enel espacio.
Cambios a nivel genético
A pesar de los problemas de visión y de haber padecido uncáncer de próstata, Kelly convenció a sus superiores de que élera el candidato perfecto para la misión de 340 días en elespacio porque tenía un hermano gemelo con el que podrían luegocomparar su evolución física a su regreso.
"Ha habido algunos cambios en la genética, en el ADN, mistelómeros son mejores ahora, se han alargado".Los telómeros son regiones del ADN que seencuentran en los extremos de los cromosomas y son un indicador dela edad física, con lo que a medida que una persona envejece,estos se acortan. "Tal vez no se trate de la fuente de la juventud,pero esos son los resultados que se han observado, ha habido otrascosas de genes que no se entienden todavía, no se ha sacado nadaconcluyente", agrega. En cuanto a la psicología, asegura no ser"consciente" de haber experimentado cambios.
Teniendo en cuenta esto, Kelly se muestra abierto a viajar aMarte, aunque con ciertas condiciones. "Sí, suponiendo que sepudiera volver, no me interesan los viajes de ida solamente",manifiesta el astronauta.
Turismo espacial: Más cerca de lo que sepiensa
Por otro lado, el estadounidense se ha pronunciado sobre laposibilidad de que el turismo espacial sea un hecho en un futurocercano. "Va a haber turismo espacial, no en 15-20 años, sino en15-20 meses", apunta. En su opinión, será la compañía privadaSpaceX los que pondrá por primera vez en órbita a un turista,pero advierte de que para que esto se produzca, los riesgostendrían que reducirse.
"No me extrañaría si en 100 años uno se mete en unanave galáctica y llega a Nueva York en 20 minutos",bromea.
Preguntado sobre el enorme gasto que supone la exploraciónespacial, el astronauta se escuda en la naturaleza del ser humano:"Si no fuéramos curiosos o exploradores seguiríamos viviendo enla selva, el deseo de explorar es lo que nos ha hecho avanzar comocivilización hasta el punto en el que estamos a día de hoy". "Yono he visto dinero en la ISS, todo el dinero se gastó en laTierra, en pagar a personal técnico muy capacitado, lo cual tieneotros efectos en la sociedad", concluye.