Con el paso de los años los rituales y maneras en la que se celebran los funerales han ido modificándose, ya que hace siglos se acostumbraba a darle su último adiós a los difuntos de una forma más apegada a las costumbres de cada etnia o grupos de la población.
Como parte del ciclo de conferencias: "Tardes de CaféINAH", el Instituto Nacional de Antropología e Historia en Sonora promovió el evento “Prácticas funerarias y ritos mortuorios en infantes y niños en la antigüedad, el caso de Sonora”, que busca dar a conocer a la sociedad sobre esos procedimientos en el pasado.
Dicha ponencia fue impartida por la antropóloga física Patricia Olga Hernández Espinoza, la cual tuvo lugar en el Museo Regional de Sonora, Antigua Penitenciaría, ubicado en las faldas del Cerro de la Campana.
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Decenas de personas se dieron cita para atestiguar los argumentos y la evidencia que presentó la especialista sobre los resultados que obtuvo en sus investigaciones realizadas en el norte del país junto a otros especialistas, cuyo material consiste en dar a conocer los hallazgos que existen desde la época antes de que llegaran los Misioneros, así como después de que se asentaron en la región.
Y es que a decir de la profesionista en el siglo XVIII los menores tenían un valor social importante sobre todo en Europa y otros continentes, que se ve reflejado en los ajuares funerarios, tal y como se describen en los documentos religiosos que se crearon en la época de las misiones ya en suelo sonorense.
"El contexto funerario nos dice en qué condiciones vivían los niños, identificados cómo eran sus padres; algunos tenían sus mausoleos y eso los hace más visibles a la sociedad que visita los panteones”, expuso.
A diferencia de ese tiempo, a partir del siglo siguiente se empezaron a hacer los entierros más extensos, en los que se da cita toda la familia y con ello se revela el estatus de cada grupo, aunado a otros detalles que se agregan conforme las creencias y raíces de cada difunto y sus allegados, explicó Hernández Espinoza.
"Aquí en Sonora se dieron las cremaciones o inhumaciones, son dos tipos de tratamiento funerario como en Trincheras, ahí cremaban los muertos y lo depositaban en vasijas”, reveló.
Otro caso es encontrado en la localidad conocida como La Playa, donde el investigador Jim Watson ubicó restos de niños de 795 años antes de Cristo, que fueron inhumados, donde resaltaron adornos como collares de olivas y otro materiales, ajuar que dice mucho del individuo por su estatus o identidad.
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En Ónavas también se encontraron niños ataviados, que a diferencia de los adultos, estos no tenían vestimentas en particular; los arqueólogos hallaron a partir de 1960 en la Cueva de la Colmena, cerca de Alamos, más restos que datan entre 700 y 800 después de Cristo.
De igual forma en Bavíspe se encontró en una vivienda que se ubica en un acantilado los restos óseos de “Juanita”, una niña de cinco a siete años, quien fue sepultada junto a hoyas, vasijas con té, leche y otros alimentos, como muestra de la opulencia que tenía su familia.
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