Ejemplos hay muchos, lo cierto que es ya casi una costumbre, que el servicio al cliente en Hermosillo suele ser de los más deficientes y descorteses del país, la gente que ha viajado a otros lugares habrá podido comprobar esa teoría y es la triste realidad, ya sea atrás de un mostrador, ya sea sirviendo tragos o platos de comida, el común denominador es el mal servicio que dan.
Obviamente, como en todo, hay excepciones y no se puede generalizar, pero pareciera que te están haciendo un favor de darte ese servicio y su actitud es al revés a la que en teoría se debería de esperar para un cliente: displicente, a regañadientes, de mala gana, con malos tratos, con caras y con mucho tiempo perdido.
Así nos comparten en un podcast en el canal de TikTok de César Alcaraz, quien en compañía de un invitado sacan a relucir detalles de este servicio que en general se da en la capital sonorense, en una profesión donde la atención es básica y debe de marcar el nivel de propina al que se es acreedor, de acuerdo a la apreciación de cada cliente, se debe de ganar, pues no viene en automático.
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“Las propinas y el mal servicio. Al hermosillense le encanta que se la dejen ir, es muy caro todo y no se va a quejar, yo no lo entiendo, aquí hay una actitud de servicio pésima, horrible, te están haciendo un paro y todavía te cobran y caro, qué pedo por qué nadie tiene los huevos de levantarse y decir no”, inicia el video.
Algunas situaciones que se dan continuamente
Tiene que haber una vocación de servicio en primera instancia, saber que el cliente es el que paga y el que va a un restaurante, por ejemplo, para que le sirvan, para eso paga y la falta de esa cultura permea en muchas personas que se dedican a eso y que al final no cumplen con sus funciones como fueron concebidas y para los que lo contratan.
“Yo muchas veces y voy a comer a un restaurante y no me importa que me digan que mamón, pero si yo veo que el servicio está mal y cuando me dice ¿quieres dejar propina?, No, así nomás y me hacen un carón y me vale madre, aguantarlas es parte del carácter de uno y luego por ejemplo vas a recoger algo de servicio a domicilio ¿y qué vas a dejar propina? ¿qué pedo güey?”, dan el primer ejemplo.
Otro tipo de situaciones es que los lugares no tienen el personal suficiente y obligan a atender a más personas a su personal, entonces las peticiones y requisiciones se incrementen para una sola persona, lo que hace que el servicio sea tardado y a veces deficiente, por tener más responsabilidades a su cargo, otro punto puede ser la falta de capacitación.
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“Acabamos de ir a Kino la semana pasada y fuimos a un restaurante, te lo juro que yo llegué, me senté y le dije a la señorita, ¿qué tienes de tomar? hay limonada, squirt; tráeme un squirt por favor, pero por favor tráemela ya, porque traigo mucha sed, iba bien seco; es lo último que llevó, te lo juro, parece que sintió que le dije traeme la soda al final o que show, pero no la llevó”, relata el invitado del podcast.
Ejemplos hay muchos y experiencias se pudieran compartir en el mismo tenor, hace falta un poco de humildad, de saber que están sirviendo y que al mismo tiempo del nivel de atención depende la bonificación que les puede dar el cliente, que es opcional, tienen que entender que por estar ahí en ese lugar no les caerá el dinero del cielo, hay que ganarse cada peso que llegue a la bolsa.
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