Los buñuelos son un postre o calórico snack que se acostumbra preparar en temporada decembrina o invernal. Su elaboración es tradicional y artesanal.
Un antecedente de la preparación de este plato es de los tiempos de Sor Juana Inés de la Cruz, quien solía llamarle pañuelo o puñuelo porque la masa se aplasta con los puños para estirarla.
En algunas regiones del país, como en Sonora, los buñuelos, por tradición, se preparan como tortillas de harina, pero un poco más gruesos, se les da un baño de un jarabe de piloncillo con canela y otras especias.
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No obstante, cada vez es más frecuente encontrar los buñuelos de viento, que son como los que vende una compañía panadera con presencia en América Latina.
Si eres de las personas que les gusta buscar, encontrar y reproducir recetas, hasta perfeccionarla y hacer la propia, hoy te compartimos la que puedes tomar como referencia.
Ingredientes para buñuelos de viento
Una taza de leche
Una cucharadita de ralladura de cáscara de naranja
una cucharada de azúcar
Una cucharadita de polvo para hornear
Una pieza de huevo
Una pizca de sal
Dos yemas de huevo
150 gramos de harina blanca para todo uso
Aceite para freír
Azúcar para espolvorear
Canela al gusto
Un molde (por lo general es de hierro o aluminio fundido y tiene un mango de madera para evitar que te quemes las manos)
También ocupas un cazo profundo.
Cómo preparar buñuelos de viento
Los buñuelos son frágiles, delicados; su elaboración es un poco tardada debido al tiempo que debes dejar que repose la mezcla de ingredientes que lleva.
Al ser una preparación artesanal debes tener conciencia de que ocuparás, tiempo, paciencia y cuidado para no quemarte por el manejo de aceite caliente y un utensilio metálico para darles forma.
Puede ser que los primeros no te queden “perfectos”, pero puedes ir mejorando el proceso y la receta hasta que queden a tu gusto.
Procedimiento
Vas a licuar o procesar la leche, el huevo, la ralladura de la naranja, sal, azúcar, polvo para hornear y las yemas de huevo. Luego vas a ir agregando la harina poco a poco.
Dejarás la preparación en un tazón para que repose por alrededor de tres horas.
Antes de que comiences a hacer los buñuelos, debes poner a calentar el aceite y sumergir por algunos minutos el molde buñuelero para que entre en calor y facilite el proceso.
Para prepararlos, sumerge el molde en la mezcla, cuidando que la preparación no “abrace” el molde (esto es porque el buñuelo va atrapar el molde y será un poco complicado separarlos). Con que no rebase el límite superior será todo más sencillo.
Una vez que el molde tenga la mezcla de harina y los otros ingredientes vas a acercarlo al aceite caliente; en cuanto tome la temperatura, el buñuelo se va hacer sólido y se separará del molde.
En caso de ser necesario puedes ayudarlo con la punta de un cuchillo, tenedor o punzón para que termine de flotar en el aceite. Vas a dejar el buñuelo hasta que tome un color dorado y con un tenedor u otro objeto te ayudas para sacarlo de la grasa.
Colocas el buñuelo sobre papel absorbente y dejas que se enfríe un poco para ponerlo en una bandeja con el azúcar y la canela.
Lo más recomendable es que tengas dos moldes buñueleros; de ser así, dejarás uno en el aceite caliente sobre la estufa cada vez que prepares uno.
Si vas a preparar una gran cantidad de buñuelos, se recomienda que los guardes en una caja de cartón (no plástico) y los tapes con una servilleta de tela; esta es una técnica que se aplica para que el producto tenga más duración y no se remoje.
Si gustas, puedes poner una base de servilletas de papel en la caja.
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También puedes darle a cada buñuelo un baño de chocolate y algunas grajeas de colores para que tengan una bonita presentación.
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