En México, en ocasiones es común que en la "tiendita de la esquina" a niñas y niños se les dé una golosina como obsequio al efectuar alguna compra, ya sea un dulce, chicle o paleta, a esta tradición se le conoce como dar el pilón.

Durante la década de 1990 la palabra tomó fuerza debido a una campaña de televisión en la que varios productos venían con una pequeña estampa holográfica en su interior, con lo cual, al juntar varias y pegarlas en una boleta, podían ser canjeadas por otros productos.

Pero, a pesar de que esta práctica ya tiene muchísimos años llevándose a cabo en todo el país, ¿sabías que no es de origen mexicano?

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Pamela del Carmen Corella Romero, presidenta de la Sociedad Sonorense de Historia, y cronista del municipio de Ímuris, Sonora comentó que mientras realizaba una investigación sobre la presencia de personas procedentes de China en la entidad y la campaña en contra de estos que se orquestó por parte de los habitantes locales, obtuvo una entrevista con Gilberto Escobosa Gámez, donde pudo enterarse del origen de la promoción del pilón.

El que fuera cronista de la ciudad de Hermosillo por muchos años mencionó que en su infancia cuando los mandaban a la tienda, era en los comercios chinos donde se contaba con esta promoción, la cual consistía en dar un "extra" o "plus" sobre la compra realizada.

Corella Romero, quien también es docente del Departamento de Historia y Antropología de la Universidad de Sonora (Unison), señaló que los inmigrantes chinos comenzaron a colocar sus comercios en la región a principios del siglo 20, donde poco a poco incursionaron hasta volverse competencia para los negocios sonorenses y desde el principio el pilón estaba presente como una estrategia comercial.

Aseguró que, "hablando de la parte comercial, los inmigrantes chinos contaban con estrategias de mercadotecnia que les funcionaban, siendo el pilón una de estas".

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El regalo adicional al momento del pago de productos era un cono o "cucurucho" hecho con papel revolución el cual contenía un puñado de dulces de azúcar, por lo que los niños de la época buscaban siempre ser mandados a la tienda a realizar algún encargo.

“Hoy en día hay mucha variedad de dulces, pero en aquellos tiempos no, entonces eso era todo un placer, un tesoro", señaló, y agregó que, "a raíz de esa promoción la palabra pilón comenzó a quedarse arraigada a la parte comercial, es el plus, el extra que se da además de pagar lo que te estás llevando".

En ese sentido, la estrategia del pilón les ayudó a abrirse paso en el comercio local, además de que la comunidad china tenía una cultura distinta, marcada por una disciplina de austeridad total, donde todo lo ganado se invertía nuevamente y se evitaba el derroche.

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