En esta novena edición de ContraCultura podrás ver imágenes que capturan parte de la esencia de las Drag Queen, una forma de expresión artística que resulta estridente y extravagante, pero que siempre está llena de belleza, con el rostro cubierto de maquillaje, los tacones y las grandes pelucas de colores.
Para muchos este es un estilo de vida, una forma de canalizar sus ideas y explotar su creatividad para dar un espectáculo divertido, sensual e irreverente, en ocasiones, pero que siempre logra captar la atención de propios y extraños, y que poco a poco se ha ganado un lugar en el ambiente de cada ciudad, dando voz y rostro a una comunidad.
Sus vestuarios llegan a ser muy costosos, pues se cuida hasta el más mínimo detalle para que puedan lucir espectaculares y vayan acorde con la temática que van a representar en cada noche, sin embargo, todo esfuerzo e inversión vale la pena cuando escuchan los aplausos y la algarabía del público que valora su trabajo.
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El maquillaje estridente, la mirada rebelde, desafiante; un rostro que destaca entre la multitud por su belleza exótica, acentuada por los colores y las formas exageradas, o muy femeninas también, de una peluca o un accesorio para el cabello.
Las hay en todos los estilos y para todos los gustos porque llenan la noche de ferocidad, sensualidad, risas, música, baile, actuación y canto.
Y detrás de cada personaje que hipnotiza con su simple presencia, hay mil historias que no se cuentan.
Así es el espectáculo drag que se advierte casi cada fin de semana en cualquier sitio o plataforma donde esté disponible un espacio.
El escenario es su casa, aunque, claro, cada vez son más solicitadas y aplaudidas en todo tipo de eventos.
Una Drag Queen se contrapone a los estándares estéticos, pero a la vez es un espectáculo de magia andando… en tacones, ¿de qué otra forma si no?
En los clubes nocturnos, en las fiestas temáticas, en cualquier festejo un espectáculo drag siempre causa impacto en todos los asistentes, más en aquellos o aquellas que no están familiarizados con esta forma de talento irreverente, pero lleno de pasión.
Su fuerza radica en su seguridad y la manera en que se apoderan de cualquier escenario; el empoderamiento que les da la feminidad o el aspecto queer, no binario.
Pero no cualquiera se atreve; no cualquiera está listo para formar parte de este legado que están construyendo donde involucran su tiempo,
sus energías, sus recursos, su talento y esas ganas de dejar a todos con la boca abierta en cuanto ponen un pie en cualquier lugar.
Donde comprometen hasta la piel, la cual siempre lleva miles de trazos de maquillaje y brillo en todas las direcciones.
Su presencia ha visibilizado a una comunidad, la cual también ha destacado por su creatividad artística.
Las habilidades implementadas para sus caracterizaciones trascienden fronteras.
Una drag queen es fuego al rojo vivo.