¿Vas a comprar un carro? Recuerda que es importante considerar algunos puntos antes de hacerlo, sobre todo si será un coche de segunda mano. El mercado de vehículos usados tiene ofertas muy tentadoras, sin embargo, debes informarte sobre los detalles con los que este puede contar y sobre todo conocer algunos trucos para tomar una buena decisión.
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Habla con el propietario
De ser posible esto, intenta convertirte en un psicólogo y hablar con el vendedor para averiguar si es una persona que cuida su carro o no, la razón por la cual lo vende, si es su primer propietario, etcétera.
Entre las preguntas clave están ¿Por qué vende el vehículo?, ¿Cuántos propietarios ha tenido?, ¿ha sufrido accidentes graves?, ¿tiene el libro de asistencia con las revisiones selladas?, ¿el coche «duerme» en garaje?, ¿hay facturas de las posibles reparaciones? y ¿Te deja verlas?
Puntos que debes revisar
Durante la entrevista te debes convertir en un detective profesional, lo primero que debes hacer es mirar el exterior del automóvil; checa si tiene golpes. Los rayones y pequeñas abolladuras no deben desanimarte a la hora de comprar un coche, incluso estos te pueden servir para negociar el precio.
Busca asimetrías en la carrocería, si ves que un faro está más bajo, si el parachoques tiene más hueco entre él y la aleta en un lado que en otro o si el capó ajusta más por un lateral, esto nos indicará que hay un golpe mal reparado y eso sí debe ponernos en alerta.
Revisa todas las luces, pilotos, molduras, debes de ponerte alerta y ser un poco desconfiado cuando veas un carro que equipan las tulipas traseras tipo “tuning”, a veces se montan tras un accidente, ya que son más baratas que las originales.
Abre el capó y revisa los anclajes de los faros, los puntales delanteros y los soportes de los amortiguadores. Cuando estés en el motor, comprueba si hay fugas de aceite, si la mecánica está demasiado limpia o demasiado sucia, también pide al propietario que ponga en marcha el coche, ahí podrás observar si en el proceso de arranque el propulsor traquetea demasiado o podría indicar que algún soporte de motor está roto.
Con el motor encendido, pide que giren la dirección a un extremo y al otro, si escuchas una especie de gruñido, puede ser un nivel de líquido de la servodirección bajo, lo cual indica una fuga en el sistema de asistencia. Si se oyen chillidos, normalmente se debe a una correa de auxiliares en mal estado o destensada.
Posteriormente con la dirección hacia un lado, revisa el estado de los guardapolvos de los palieres y las rótulas de la dirección, los tacos de los trapecios, etc. Unas gomas agrietadas o rotas te indican el kilometraje real del coche.
Observa los discos de freno; si tienen un borde brillante y en relieve, indican un alto desgaste, si el coche no tiene muchos kilómetros y los discos están muy desgastados, normalmente significa que el conductor abusa demasiado del freno o que circula a mucha velocidad.
Investiga la parte de la cajuela, si la moqueta está muy gastada o sucia, es que el coche suele circular muy cargado. Levanta la alfombra y mira el hueco de la rueda de repuesto, así sabrás si hay humedades, óxidos, entre otros, esto puede indicar que la cajuela no cierra bien o que entra agua por un piloto trasero, lo cual puede ser consecuencia de un golpe mal reparado.
Comprueba que conserva el gato y las herramientas típicas (llave de ruedas, tuerca antirrobo, gato, destornillador…) que vienen con el coche. También en el habitáculo, mira debajo de los asientos y alfombras.
Revisa el funcionamiento de todos los sistemas eléctricos del coche, las ventanillas, los asientos con este sistema de regulación, el aire acondicionado, los limpiaparabrisas y todos los accesorios que monte la unidad en cuestión.
No debes asustarte por la cifra que marque el tablero de mando, un carro bien cuidado puede hacer muchos miles de kilómetros sin problemas. Si marca pocos kilómetros, pero el volante, pomo del cambio y pedales tienen mucho desgaste, desconfía.
Si el pedal del embrague muestra un desgaste más acusado por el lado izquierdo, puede ser que el conductor suela llevar el pie descansando sobre ese pedal, esto habrá dejado huella en el embrague y es una reparación muy costosa.
Cuando el motor está caliente, quita la tapa de llenado de aceite con cuidado y comprueba si sale humo, coloca la mano y si se genera mucha presión, puede que estas sean malas noticias. El motor tiene desgaste y hace que la compresión del cilindro pase al cárter y por la ventilación suba hasta la tapa de balancines, mejor busca otro coche.
Al volante del coche
Si hasta este punto todo va bien, es momento de dar una vuelta en el carro, pide al propietario que conduzca él primero, de esta manera podrás ver si es muy brusco, si no usa bien el cambio, si apura demasiado las marchas.
Cuando toque tu turno, será más fácil darte cuenta de problemas mecánicos si eres cuidadoso al volante, toma la carretera y pon la marcha más larga, acelera suavemente desde 1.200 rpm y comprueba si el coche gana velocidad de forma constante, si sientes pequeños tirones, puede haber un fallo en la gestión del motor.
En una explanada, gira la dirección a tope, mete primera y empieza a dar vueltas, repite lo mismo hacia el otro lado. Si cuando estás girando oyes un “cla, cla, cla”, es casi seguro que tenga una junta homocinética en mal estado, las marchas deben entrar suavemente y sin rascar.
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Checa que al frenar suavemente el coche no tiende a irse hacia un lado o a otro, si llega a pasar y la presión de las ruedas es correcta, puede tener un problema en el repartidor de frenada o alguna pinza de freno agarrotada.
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Si no encuentras nada extraño con estas comprobaciones, lo más probable es que próximamente compres tu carro, negocia el precio y ¡cómpralo!