El segundo sábado de octubre se celebra el Día Mundial de las Aves Migratorias, una campaña efectuada con el propósito de dar visibilidad a un grupo de importancia ecológica y belleza como lo son las aves.
Aproximadamente el 42% de las especies de aves en la entidad son migratorias de largas distancias, esto representa aproximadamente 233 de estas emplumadas criaturas, las cuales llegan a tierras sonorenses a pasar el invierno.
De acuerdo con el libro “Diversidad Biológica de Sonora”, mismo que ofrece una síntesis del conocimiento sobre la diversidad biológica del Estado, 8.3% de las aves en Sonora son “residentes de verano”, es decir, que se reproducen en la región pero que pasan el invierno en otra área.
El biólogo egresado de la Universidad de Sonora y especialista en aves, Carlos González Sánchez, indicó que dentro de las 233 especies previamente mencionadas se encuentran diversos grupos que van desde los gorriones, aves rapaces; acuáticas y playeras, entre otras.
“Las más características o, más bien, las que la gente más reconoce, yo diría que es el grupo de los patos por las películas que han salido al respecto, la mayoría de los patos que llegan a Sonora son migratorios”, mencionó.
No obstante, es complicado determinar dónde se asientan estas aves y aún más difícil es precisar a qué municipio en específico llegan, pues estos comportamientos difieren con respecto a cada uno de los grupos de avifauna.
Uno de los grupos más numerosos que llegan a Sonora son los de aves playeras, mismos que se encuentran por toda la costa del Golfo, el Alto Golfo de California es una zona muy importante para ellos, sin embargo lo son también los esteros que se encuentran a lo largo de la costa, como El Estero Santa Cruz en Kino o el Estero el Soldado en San Carlos.
González Sánchez explicó que igual de complicado es establecer de dónde vienen exactamente las aves, aunque muchas veces sus motivos para emprender estos trayectos corresponden a temporadas de apareamiento.
De acuerdo con el especialista, muchas de estas poblaciones llegan al Norte de México, Estados Unidos y Canadá a reproducirse en verano y luego tomar vuelo nuevamente hacia el Sur en épocas no reproductivas.
“Las zonas árticas en la parte más Norte de Canadá son un sitio muy importante para la reproducción de muchas especies, pero hay otras especies con requerimientos diversos entre sí y que llegan a otros sitios”, destacó.
La complejidad de estos movimientos migratorios es tal que frecuentemente dificulta la distinción de las poblaciones migrantes a las residentes sin el uso estricto de marcas, herramientas moleculares o isótopos estables.
En cualquier parque de la capital sonorense se puede comenzar a ver más especies durante el invierno y periodos de migración, explicó González Sánchez, pero las aves acuáticas son las más notorias.
Al ser el grupo más grande, es más sencillo de notar en sitios como las lagunas que están en el bulevar Quiroga, así como las inmediaciones de Paseo Rio Sonora o la presa de Hermosillo, donde se pueden observar un montón de especies.
Los retos
No es sencillo para las aves que emprenden la travesía a las tierras áridas del Norponiente de la República, relató González Sánchez, pues incluso las aves migrantes de distancias cortas también enfrentan problemas para llegar al Estado.
El biólogo mencionó que las aves encuentran muchas dificultades en sus viajes, desde factores climáticos, tormentas, vientos y cambios drásticos de temperatura, de ello la importancia de amortiguar el cambio climático porque vuelve todos estos factores cada vez más extremos.
“También están los factores antropogénicos: desde cables eléctricos, muros, edificios, contaminación visual por luz, gatos, deforestación, uso de pesticidas, entre otros; todos ellos pueden afectar en mortalidad como en cambiar patrones de migración o dificultar las rutas”, expuso.
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Tan sólo a finales de junio, residentes de Arizona y Colorado notificaron la muerte de múltiples aves y, aunque todavía no se comprende exactamente qué pudo haber pasado con ellas, se especula que el cambio drástico del clima haya influido.
Nuevamente es difícil deducir cuántas aves llegan del peregrinaje, pues ello implicaría determinar las rutas de vuelo de estos animales, hacer un sondeo de las especies y, aún así, se estaría hablando de estimaciones.