En todos los países, las ciudades son catalogadas por las personas que las habitan como el “Centro del Universo”, las ruinas de alguna mítica ciudad de tiempos previos a la época de la conquista, algún lugar sagrado o ceremonial al que se le atribuyen energías a donde la gente va cargarse de vibras positivas.
México no es la excepción con tantos vestigios arqueológicos precolombinos que podemos encontrar, centros considerados hasta la fechas como intocables, exclusivos únicamente para los purificados, con tintes divinos y sagrados, pero hay uno que es considerado como el “ombligo del mundo”, únicamente por su forma.
Se trata del Volcán Xico, una formación geológica impresionante vecina del Volcán Popocatépetl, ubicada en el Estado de México, en el Valle de Chalco, al oriente de la capital mexicana a solo 40 km de la CDMX y su nombre proviene del náhuatl, que significa “Lugar en el ombligo”.
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Su forma es circular de un tamaño impresionante, y al tiempo que es una de las formaciones más asombrosas de nuestro país, es también una de las más desconocidas y por años ha pasado desapercibido, primero porque la urbanización llegó hasta sus faldas, rodeándolo por completo y también porque su magnificencia sólo es posible apreciarla desde las alturas.
Su forma perfecta puede explicarse porque se trata de un anillo de toba, fenómeno geológico que resulta de las interacciones entre el magma surgido de un volcán con el agua y es que esta formación surge del Lago de Chalco, creado por los escurrimientos de los volcanes cercanos.
Edad, medidas y riesgo de este volcán
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De acuerdo con estimaciones, el volcán de Xico surgió entre los años 550 y 650 de nuestra era y al final no creció tanto, pues su cráter apenas cuenta con 100 metros de altura, pero con esos mil 400 metros de diámetro, por su tamaño es uno de los mayores existentes, de entre todos los volcanes mexicanos.
Xico al igual que otros tantos volcanes de México se encuentra “dormido” y no se espera que entre en actividad en mucho tiempo, en comparación con otros que presentan un mayor riesgo de erupción, como ya lo ha insinuado en repetidas ocasiones “Don Goyo”, el Popocatépetl, además de otros como el Volcán de Colima y hasta el Nevado de Toluca.
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