Son las 03:00 horas y Dora Alicia Martínez ya se encuentra dando los primeros pasos del día, atiza la leña en una hornilla para después amasar harina, con la que hará tortillas ‘sobaqueras’ y tradicionales.
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Con 74 años de edad y residente al norte de la ciudad, tres días por semana prepara 60 tortillas grandes y cerca de 100 pequeñas que empaqueta para vender en el semáforo que está entre Yáñez y Luis Encinas, en la zona céntrica de la ciudad.
Dora Alicia mencionó que debido a la contingencia del Covid-19, tuvo que dejar de trabajar dos meses, sin embargo, con la aplicación de la vacuna ya comenzó con sus actividades cotidianas.
Diariamente se traslada en camión hasta el punto de venta desde hace muchos años, por lo que los clientes ya la ubican y no dudan en comprarle uno o dos paquetes.
Sin embargo, por su edad, sus familiares no la dejan salir a trabajar, pero Dora Alicia, quien ha trabajado muchísimos años no se da por vencida.
“A veces me esconden la harina en otro lado para que no haga las tortillas pero yo de todos modos la encuentro”, dijo riéndose.
La búsqueda del dinero extra
Mencionó que duró muchos años vendiendo chicles por la zona del Hospital General donde también andaba por las calles buscando un ingreso extra.
“Si te pones a hacerle caso al sol, al cansancio; el cansancio nunca se va a acabar, es como los trastes en la cocina, nunca se acaban”, dijo Dora.
Bajo esa consigna es que ha tenido muchos años laborando honradamente para ganar un dinerito extra.
Dora Alicia dijo que lo único que no le gusta hacer, pero que igual realiza, es lavar trastes, ya que, como expresó no tienen fin.
Y en términos de ella, la gente se cansa más “de estar acostada y que por la necesidad uno tiene que salir y trabajar”, explicó.