En constante riesgo y peligro se encuentra la fauna silvestre de las áreas del Poniente de la ciudad, ante la construcción de nuevas edificaciones y vías de comunicación, por lo que es necesario que la comunidad ponga mayor atención a esta situación, junto con las autoridades.
Así lo expresaron a El Sol de Hermosillo, especialistas y representantes de diversas organizaciones en pro del medio ambiente y el cuidado de la flora y la fauna de los alrededores del Estadio Sonora y la zona del Vado del Río y Quiroga.
Fauna del humedal y terrenos vecinos del Estadio Sonora
Alf Enrique Meling López, maestro de la Escuela de Biología de la Universidad de Sonora y quien se encarga de investigaciones sobre la reproducción y conservación de especies en la región, realizó un estudio sobre la vegetación y el humedal alrededor del Estadio Sonora.
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Explicó que dicha área del Poniente de la ciudad, es el hábitat natural de muchos animales, entre los más comunes: aves, correcaminos, palomas, gorriones y otras especies migratorias, que a veces se observan como los zarapicos, tildillos y patos; incluso, en épocas extraordinarias aparecen pelícanos blancos.
En el lugar, dijo, también habitan tortugas que son especies introducidas, además de culebras, la boa constrictora, la víbora de cascabel, geckos y hasta el monstruo de Gila.
“Existen iguanas, lagartijas y el camaleón cornudo, mapaches, zorrillos, zorras, tejones y coyotes, aunque son raros merodean el humedal en busca de ranas y otros animales acuáticos, pero las liebres y ratas canguro por las tardes y madrugada aparecen tímidamente junto con algún conejo que no ha sido exterminado”.
Los arácnidos nocturnos son más o menos comunes durante el verano lluvioso, como tarántulas, vinagrillos, alacranes y arañas lobo.
Además de insectos como lo son los caballitos del diablo, cigarrones, cigarras, campamochas, chapulines verdes, insecto palo, y una gran variedad de hormigas, moscas, zancudos y muchos mosquitos, mismo que son muy comunes sobre el agua del humedal, al igual que las mariposas de varias especies, abejas nativas y la mielera, avispas, abejorros importantes en la polinización de las especies del lugar, y en abundancia arañas tejedoras debajo de los árboles o en los cercos.
En algunos años extraordinarios, por las noches se cruza un venado bura o algunos pecaríes, por lo que la posibilidad de observar fauna nativa aumenta por las noches de verano, en especial aves nocturnas como tecolotes, lechuzas, chotacabras, también algún mamífero mediano como coyotes, zorras o tejones.
El investigador y catedrático, indicó que el espacio silvestre del humedal se abre hacia el Sur desde el Norte del aeropuerto lo que permite tener la presencia de estas especies, sin embargó, en los últimos años las construcciones han fragmentado en varios mosaicos el lugar.
El paso migratorio de algunas especies, o el tránsito de otras que buscan alimento o pareja para reproducirse, esto en los últimos años ha disminuido considerablemente, dejando aislados gran variedad de fauna que tiende a desaparecer.
Meling López agregó que aparte de las especies que son mascota —introducidas— están sustituyendo las nativas o regionales del humedal, ya que la gente las abandona ahí, o los perros van en busca de presas fáciles o los gatos, que después del humano, son la especie que más extingue aves, artrópodos, anfibios y pequeños mamíferos que viven en las ciudades o alrededor de éstas y vagan libres en terrenos del humedal.
“Aparecen muchos grillos, tijerillas y cochinillas ocupando los nichos de pequeños artrópodos del desierto desplazando a muchas especies de escarabajos”, explicó.
Debe ser más protegida el área natural del Vado del Río
Por su parte, Sergio Müller de la organización “Caminantes del Desierto”, dijo que es necesario que realmente se tenga una verdadera conservación del área del Vado del Río y Quiroga, ya que en estos momentos está totalmente invadida.
Recordó que dicha zona se supone que es un área natural protegida, sin embargo, en los últimos años está siendo invadida por construcciones, además de que se están arrojando escombros de manera constante, lo cual debe evitarse.
Deben de aplicarse más recursos para su conservación
Manifestó que se tiene el registro de un sinfín de especies por lo que es necesario que se tengan mayores acciones de atención por parte de las autoridades de los tres niveles de gobierno.
“Son los últimos lugares de la ciudad donde se encuentra toda una diversidad de especies que deben ser cuidadas por la misma gente y evitar que se puedan extinguir”, expresó.
El humedal de ese sector de la ciudad es un área natural protegida por el registro de una gran cantidad de fauna, sobre todo al estar dentro del margen del Río Sonora, sobre todo cuando se tiene la presencia de tortugas, chorlitos, mapaches y demás animalitos que están dentro de este ecosistema incompleto.
Se requiere corredor biológico
En ese sentido, los grupos ecologistas de la ciudad buscan que sea considerado además como un corredor biológico, a fin de que la ciudad pueda conservarlo de la mejor forma y vuelva a tener la actividad de más especies nativas de la región.
Consideraron que debe de prohibirse el arrojar escombro y basura para evitar situaciones de riesgo de su desaparición por completo, por lo que es importante que se respete la vida de los animales.
Solicitan la asignación de más recursos para la conservación y esparcimiento de un buen lugar en la ciudad para los hermosillenses y visitantes, como es el caso del Ecoparque.
Con Ecoparque buscar atender mayores espacios de conservación
Por su parte del Instituto Municipal de Ecología, indicaron que han venido trabajando en acciones que ayuden a tener una mejor conservación del área de Ecoparque y sus alrededores como una forma de mejorar el medio ambiente y revertir un poco los efectos del cambio climático.
Al respecto, Francisco Gil Barraza, titular del área, dijo a El Sol de Hermosillo, añadió que realizan una serie de acciones encaminadas a mejorar las condiciones del Ecoparque para el cuidado de la fauna nativa de esa región de la ciudad.
El Sistema Lagunar Los Jagüeyes ubicada al Surponiente de la ciudad de Hermosillo, Sonora, dentro de una fracción del predio destinado para el proyecto denominado “Ecoparque Río Sonora” (anteriormente conocido como Parque Metropolitano), es un punto importante de la zona debido a la diversidad de especies que ahí se encuentran.
Se trata de un área propuesta para declaratoria de Área Natural Protegida de Carácter Municipal bajo la Categoría de Zona de Restauración, comprende un polígono con una superficie de 33-84-07 hectáreas.
El Sistema Lagunar Los Jagüeyes es un humedal artificial construido, donde se creó un sistema de lagunas alimentadas con la aportación de aguas tratadas provenientes de la planta de tratamiento de Hermosillo y que es una zona de múltiples especies que buscan en todo momento conservarlas, como son las tortugas que buscan cruzar la zona del Vado del Río entre los bulevares Quiroga y Quintero Arce.
Recibe un flujo de agua por gravedad de 80 a 120 litros cúbicos por segundo mediante un tubo de 14 pulgadas, generando un gasto anual de seis millones de metros cúbicos.
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Cuenta 176 especies registradas entre flora y fauna, diez de ellas se encuentran listadas en la norma oficial mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010 bajo alguna categoría de protección, sin embargo, existen grupos de fauna que aún no han sido monitoreados como la ictiofauna, artrópodos y anfibios; por lo que la riqueza biológica de este humedal podría ser aún mucho mayor.
En tanto que Eduardo Gómez Limón, pionero en el estudio de la fauna de la región, expresó que tan sólo en esa área de la ciudad, se cuenta con 200 especies diferentes de aves.
Recordó que por décadas se ha dedicado a efectuar registro de aves que se han encontrado en el área del Vado del Río y zona del Estadio Sonora, las cuales van desde especies de la localidad, migrantes y semi-migrantes.
Se tiene el registro de gansos, patos, codornices, gallinas, pelícanos, garzas, zopilotes, chorlitos, gavilanes, gaviotas, palomas, chuparrosas, cardenales, chanates, cardenales, gorriones y más especies que algunos vienen desde Canadá y otros de Sudamérica.
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