Los niveles de contaminación del aire que prevalecen en la capital del estado requieren una mayor atención por parte de las instituciones, pues a pesar de los esfuerzos realizados por el Municipio y el Estado la falta de equipos de monitoreo de calidad de aire podría generar consecuencias graves, explicó Diana Meza Figueroa.
La investigadora del Departamento de Geología la Universidad de Sonora concluyó tras un estudio que esta problemática tiende a agudizarse toda vez que empiezan a aparecer en el aire de la capital del estado químicos tóxicos como residuos de pintura automotriz y de catalizadores de vehículos, así como cemento erosionado de la zona urbana y restos de pesticidas provenientes de La Costa de Hermosillo.
Este tipo de partículas suspendidas en el aire de la ciudad tienden a incrementar los problemas sufridos por las personas alérgicas, quienes tienden a presentar irritación en el tracto respiratorio, a la par que otros compuestos pueden provocar diversos tipos de patologías.
“Una persona que es alérgica se ve agravada su condición por estar expuesta a partículas por cemento, lo mismo que aquellas con una condición muy sensible, al inhalar compuestos como plaguicidas, también puede afectar su estado de salud”, dijo.
Meza Figueroa, ante esta problemática, reconoció el trabajo que se realiza por parte de instituciones como el Gobierno del Estado con su Programa de Gestión para Mejorar la Calidad del Aire (ProAire) del Estado de Sonora 2017-2026, al igual que el Programa de Calidad del Aire (PEMCA), del Instituto Municipal de Ecología (IME), sin embargo, afirmó que no son suficientes.
La investigadora consideró que hace falta generar una red más consolidada de monitoreo al igual que las existentes en urbes como la Ciudad de México, Monterrey o Guadalajara; al igual que se requiere consolidar un plan a corto y mediano plazo para combatir la polución como la creación de mayores áreas verdes.
Al igual que esto, reiteró, se requiere crear conciencia en la población para evitar la quema de llantas, generalizar la limpieza en los grandes baldíos, eliminar los basureros clandestinos y generar una cultura de responsabilidad entre los dueños de mascotas para eliminar las heces fecales de perros y gatos de patios, jardines y la vía pública.