Ambientalistas alertan sobre la "africanización" del desierto sonorense, un fenómeno asociado a la invasión del pasto buffel en la ciudad de Hermosillo y de Sonora, de acuerdo a lo señalado por Sergio Müller, integrante de colectivo Caminantes del Desierto.
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Cenchrus ciliaris es el nombre científico de esta planta de origen africano a la que coloquialmente se le conoce como buffel, la cual tiene la capacidad de desplazarse por medio de incendios forestales, mismos que aprovecha además pues le ayudan a eliminar a las especies que la rodean y así obtener más espacio para desarrollarse.
El ambientalista de la agrupación declaró que esta especie llegó a América alrededor de los años 30 y fue utilizada para alimentar ganado, principalmente en Arizona, lugar donde logró adaptarse y así comenzó a reproducirse.
"El buffel en el desierto de Sonora se adaptó muy bien, se convirtió en una planta exótica-invasiva, exótica porque no es de la región, pero más invasiva, porque se adaptó tan bien que puede reproducirse sin ningún problema, así logró desplazarse entre las plantas de la región, lo hace por medio del fuego", explicó.
El activista señaló que el desierto sonorense no esta adaptado para los incendios dentro de su ecosistema, debido a que son praderas con pastos poco densos y su flora endémica se constituye de árboles y pocos arbustos.
En este tipo de ambientes, al generarse un incendio las llamas son menos voluminosas por lo que no afectan a los árboles; sin embargo, este ejemplar puede llegar a alimentar flamas de hasta 15 metros de altura que acaban con todas las especies en su entorno.
"Eso provoca el fenómeno llamado africanización del desierto sonorense, donde van a dejar de haber árboles aquí, para ser reemplazados por praderas de pasto buffel, es crítico", aseveró.
Un problema provocado
Asimismo, Müller mencionó que en su momento, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sagarpa) pagaba a rancheros de la región para sembrar esta hierba, hecho que contribuyó para su expansión en el desierto de Sonora.
Puntualizó que para tratar de disminuir su presencia en la ciudad, y así evitar el negativo impacto ambiental que genera su propagación, sería necesario impedir que los ganaderos sigan sembrándolo, evitar la venta de sus semillas y formar una campaña grande de erradicación con un alto presupuesto.
"El Centro Ecológico tiene campañas permanentes que busca erradicarlo y no pueden acabar con él, porque sigue saliendo más. Se necesita definir zonas prioritarias de conservación", dijo.
El ecologista detalló que esta especie se encuentra en toda la ciudad, así como en la gran mayoría de los cerros, agregando que la zona menos afectada por este problema es la de los cerros que se encuentran al Norte, al final de la calle Reforma.
Sergio reveló que otra de las formas en las que se puede propagar este ejemplar, es adhiriéndose a los neumáticos de vehículos, lo que causa que esté presente en las orillas de las carreteras.
"Es muy triste cómo va a terminar todo con el buffel. Debe haber una campaña permanente entre gobierno y ciudadanía de erradicar, de sacar de raíz o se tendría que usar algún tipo de herbicida orgánico para acabar exclusivamente con el buffel", aseguró.