La alimentación sana se debe de ver como una inversión y no un gasto, no sólo para nutrir el cuerpo, sino también para detener el cambio climático, así como ayudar a que el planeta pueda recuperarse y no se encuentren tantos desastres naturales y biológicos.
Durante el Segundo Foro Regional de Medio Ambiente "Conciencia 360", el activista y empresario Carlos Fuentes Aréstegui, fundador y director general de Orgánicos en Línea; ofreció la conferencia “Cadena de suministro y cómo es que afecta a nuestro medio ambiente”, donde explicó el proceso que se tiene tanto en la producción, como en procesos de certificación para productos amigables con el planeta y orgánicos.
Explicó que en Estados Unidos se han presentado varias demandas por el uso de semillas transgénicas y que tienen implicaciones que pueden resultar graves no sólo a la salud, sino para el medio ambiente.
Hay componentes que se han encontrado como el glifosato, en carne y alimentos, vacunas, cerveza, vino de California, cereales a base de granolas, incluso en avenas orgánicas, leche materna y lluvias, lo cual puede deberse a un tema de contaminación cruzada.
Para evitar esto es mejor consumir productos locales, porque los pequeños agricultores y ganaderos, en su mayoría utilizan productos más libres de hormonas, además de que al ser de la propia región, se reducen los traslados y por lo tanto menos quema de diésel y otros combustibles.
Recordó que fue en 1980 cuando una corte en Estados Unidos permitió por primera ocasión el comercializar semillas transgénicas o genéticamente alteradas, como maíz, canola y avena, esto a la empresa Monsanto, lo cual ha sido duramente criticado por probables efectos secundarios.
Producción de alimentos y sus efectos en el planeta
Un aspecto sumamente negativo para el planeta y el cambio climático, es que la demanda de diversos productos hace que cada vez más empresarios se metan a los bosques para convertirlos en campos agrícolas.
Esto se ha notado más en este 2020, pues agosto fue el segundo más cálido desde que se tiene registro de las temperaturas, mientras que septiembre es el más caluroso registrado, por lo que hay que recordar que el calentamiento global es un aspecto del cambio climático y se debe de evitar.
A pesar de que se cerraron fábricas por la pandemia de Covid-19 y en teoría se limpiaron los cielos, manifestó el ponente, no fue suficiente para un efecto más positivo en el cambio climático, al contrario hubo más sequías y más incendios forestales.
“El aumento de ciertos productos como el aceite de palma, el cual se usa para procesar alimentos, como pastel, pan, crema de cacahuate, margarina y hasta en biocombustibles ha causado que cada vez más agricultores talen bosques”, enfatizó.
También se debe poner en perspectiva el consumo del agua, pues cada vez hay más sequía, incluso este año hubo sequías que se han prolongado hasta el actual mes en el norte del País.
Para ejemplificar una forma de cómo ayudar al medio ambiente, expuso que una hamburguesa de 150 gramos requiere 660 galones de agua para producirla en cuanto a la carne, mientras que un kilogramos de trigo 260 galones de agua, para el pan; en contraste una galón de cerveza requiere 68 galones de agua.
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Subrayó que es necesario hacer conciencia y consumir productos que sean amigables con el organismo de las personas, pero también con el planeta, hay empresas que buscan reducir el impacto del calentamiento global por medio de la producción de alimentos responsable, con sustitutos de carne, pollo, cerdo, huevo y queso; como quinoa, tofu, amaranto, espirulina, semillas de cáñamo, chía, levadura nutricional, arroz, frijoles, cacahuate, entre otros.