Sobresaliente por su gran tamaño y peso, la totoaba es una especie de pez endémico del Alto Golfo de California, la cual tuvo un gran valor comercial y de desarrollo para esa zona, pero actualmente se encuentra en peligro de extinción desde 1997.
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Esta especie es de la misma familia de las curvinas, pero es la más grande, puede llegar a medir hasta dos metros y pesar entre 130 y 150 kilogramos.
Actualmente tiene un alto valor en el mercado negro chino, donde la utilizan por su vejiga natatoria, pues se le han atribuido propiedades curativas, por lo que existe el tráfico ilegal.
Especie protegida
Marco Linné Unzueta Bustamante, director general del Instituto de Acuacultura del Estado de Sonora (IAES), señaló que la totoaba está protegida bajo la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010, así como Protección Ambiental para Especies Nativas de México de flora y fauna silvestres en categorías de riesgo.
“La especie fue objeto de una pesquería importante que colapsó en los 70, coincidiendo con el represamiento del Río Colorado y las subsiguientes alteraciones ambientales en la región Norte del Alto Golfo de California. Esta situación provocó el cierre total de la pesquería en 1975 y el establecimiento de una veda total por tiempo indefinido, que permanece hasta el presente”, expuso.
Por ello se le clasificó como en peligro de extinción, en la en la NOM se hace referencia a su clasificación, la cual a la letra dice:
“2.2.2 En peligro de extinción (P).
Aquellas cuyas áreas de distribución o tamaño de sus poblaciones en el Territorio Nacional han disminuido drásticamente poniendo en riesgo su viabilidad biológica en todo su hábitat natural, debido a factores tales como la destrucción o modificación drástica del hábitat, aprovechamiento no sustentable, enfermedades o depredación, entre otros.”
Unzueta Bustamante detalló que en 1991 se estimó una población de 2 mil 300 totoabas, aunque actualmente al parecer ha habido una recuperación, esto según estudios para determinar la distribución, abundancia, crecimiento y la captura incidental de totoaba por barcos camaroneros.
“Se encontró una densidad de juveniles de 11.6 y 11.5 individuos por kilómetro cuadrado en 1989 y 1990, respectivamente, y con base en estos resultados, afirman que la población juvenil en el Alto Golfo de California se mantiene estable en niveles bajos, pero con posibilidades de recuperación”, indicó.
Inclusive, en el informe realizado por el Instituto Nacional de la Pesca (Inapesca), manifestó, el cual se llama “Evaluación de la población de totoaba en el Golfo de California”, de febrero de 2018, se consideró que bajo un esquema de captura controlada con el estado actual de la población, se podría permitir la captura de ejemplares adultos y eliminar la captura incidental de juveniles de dicha especie.
Pero esto solamente una vez que se determine el cambio de categoría de riesgo, pues aún está considerado como en peligro de extinción.
Existe la pesca ilegal de totoaba
Sin embargo, el Gobierno de México ha reportado que existe pesca y el tráfico ilegal, uno de los motivos que ha llevado a la totoaba a ser una especie amenazada.
“La pesca ilegal de la totoaba se atribuye a que en Asia la vejiga natatoria (buche), es utilizada como alimento gourmet y se le atribuyen diversas propiedades afrodisíacas, curativas y de salud, su precio gira alrededor de 8 mil dólares por kilogramo en Asia, cantidad imposible de obtener en la pesca legal”, subrayó.
También hay registros de captura comercial desde 1929 a 1975, durante los primeros años fueron capturadas comercialmente 500 toneladas, pero esas cifras se dispararon en 1942 cuando alcanzó su mayor pico, con 2 mil 261 toneladas capturadas.
“Posteriormente se vino un desplome de la captura y a pesar de un aparente repunte en los años de 1960, la caída siguió hasta 1975 con sólo 58 toneladas de captura; lo que llevó al Gobierno mexicano a instalar la veda indefinida y permanente a la pesca de la totoaba. La pesquería de la totoaba fue una de las más importantes del País, dio origen a los asentamientos humanos de Puerto Peñasco, Golfo de Santa Clara y San Felipe”, recordó.
Por ser una especie en peligro de extinción, hay penas por su pesca ilegal, las cuales aumentan por estar en un Área Natural Protegida, con sanciones que van de 50 a 50 mil UMAS, es decir de 4 mil 481 pesos a 4 millones 481 mil pesos, sanciones aplicadas por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).
Asimismo, alcanza pena de cárcel, pues la Fiscalía General de la República aplica el artículo 420 del Código Penal Federal, lo que puede dar hasta 9 años de prisión, según la gravedad y por ser Área Natural Protegida puede dar hasta 12 años de prisión.
Programas de preservación de la especie
El funcionario explicó que también hay otros estudios como el hecho por miembros de la Facultad de Ciencias Marinas de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), esto ya por más de 17 años, los cuales están relacionados con aspectos de biología reproductiva, así como el desarrollo de inducción artificial de la maduración, desoves, etapa larvaria y crianza, con la finalidad de conservación de la totoaba e incluso su posterior aprovechamiento sustentable, sin poner en riesgo a la especie.
También en Sonora en su Plan Estatal de Desarrollo, enfatizó, se busca promover el uso sustentable de la biodiversidad, por lo que el IAES sectorizado a la Sagarhpa coadyuva en la investigación científica y tecnológica del sector acuícola y pesquero, por lo que estableció un programa para fortalecer e impulsar la investigación aplicada para consolidar la biotecnología sobre la reproducción de crías de totoaba en sistemas controlados con fines de conservación, repoblamiento y aprovechamiento sustentable.
“Específicamente se han impulsado programas de repoblamiento para la conservación y protección de la especies, para ello el IAES, se apega a la NOM-169-SEMARNAT2018, que establece las especificaciones de marcaje para los ejemplares, partes y derivados de totoaba provenientes de unidades de manejo para la conservación de vida silvestre; así como el registro ante el Instituto Mexicano de Protección Industrial (IMPI) otorgado para producto, peces, crías y juveniles en Centro Reproductor de Especies Marinas del Estado de Sonora”, aseguró.
De este programa en específico que ha realizado el IAES, en los últimos seis años se han logrado liberar más de 240 mil crías de totoaba al Golfo de de California, esto para ayudar a la repoblación.