Es bien sabido que el ciclo de las plantas terrestres es nacer, crecer, reproducirse y morir en el mismo lugar donde fueron sembrados, a menos que se hayan sido removidas del sitio para reforestar o decorar un lugar, sin embargo para algunas personas su escuchar sobre las plantas que caminan puede sonar un poco descabellado.
Lee también: Santa Ana tendrá su primera jornada de limpieza, participa
En México puedes encontrar una gran variedad de plantas y animales en distintas regiones del país, el pitayo chirinola es una de las especies más raras que existen, ésta forma parte de la familia cactácea y es endémica de Baja California Sur.
Su nombre científico es Stenocereus eruca, es el único de toda la diversidad de especies que habitan en las zonas áridas de México, que no crece de pie o en forma vertical, pues su posición es paralela al suelo y en dirección al sol.
De acuerdo a información compartido por habitantes de la región, la especie de cactus florece en noviembre y su flor solo se abre por las noches, por tal motivo no existe un registro fotográfico de éstas.
La apariencia de la chirinola se conforma por un tallo color gris, tiene numerosas espinas y puede llegar a tener una longitud de 10 a 15 metros. Es pariente de la pitaya dulce y la agría, ésta última con la que tiene mayor semejanza ya que los brazos de esta especie son alargados y tienden a crecer buscando el suelo.
Debido a su desarrollo cuando nace y crece aumenta su longitud en un extremo mientras que muere lentamente en el otro, con nuevas raíces que crecen en la parte inferior del tallo, éstas son pequeñas y no requieren introducirse en el suelo para buscar los nutrientes. Por otro lado, la sección del tallo que muere sirve como alimento para que el pitayo chirinola o también conocida como cactus oruga pueda continuar su camino.
Según Luis León de la Luz, investigador del Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste y experto en cactus, originario de Baja California Sur, la planta puede vivir alrededor de 100 años y logra desplazarse de 5 a 10 metros, desde el lugar donde nace hasta donde muere.
El pitayo chirinola crece en suelos áridos y en un ambiente con niveles de salinidad específicos, es por ello la importancia de cercanía al Pacífico Mexicano. Éste se ha convertido en blanco de los coleccionistas de plantas quienes van en busca de los ejemplares para llevarlos a sus hogares o venderlos.
Un ejemplar de esta planta se puede llegar a cotizar entre 4,000 a 5,000 dólares en el mercado negro, siendo su principal destino Europa, por otra parte los ganaderos y agricultores locales son de los principales factores que afectan a la especie, pues han retirado pitayos de sus territorios debido a que estorban en los cultivos o dañan el ganado.
¡Recibe las noticias directo en tu celular! Suscríbete al WhatsApp de El Sol de Hermosillo
Hace algunos años, la especie se encontraba protegida por la NOM-059 SEMARNAT-2010, en la categoría de Amenaza y ocupaba uno de los lugares en la lista roja de Especies en Peligro de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).