Oriundo de la colonia Olivares desde su infancia, José Eguisquiza, mejor conocido como “El Cuate”, se considera un papá luchón, ya que diariamente efectúa diferentes actividades, que junto con su esposa Carmen Ruiz, para sacar adelante a su familia.
Desde hace poco más de 12 años, El cuate se dedica a la venta de tamales de carne, con lo cual sacó adelante los estudios de sus dos hijos, José Luis y Bryan Eduardo, quienes ahora son profesionistas, además de que ya lo hicieron abuelo, por lo que manifiesta que ha cumplido con su propósito de formar una buena familia.
Y es que, además de la venta de tamales, durante 22 años realizó trabajos en distintas parroquias de la ciudad, junto al padre Hugo Montaño Terán, lo que también le permitió poder sacar adelante a su familia, brindándole educación integral a sus hijos, con el apoyo de su esposa Carmen.
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“Nuestro día a día es levantarse a las 03:00 para poner a cocer los tamales y que estén listos a las 06:00 horas e irnos al punto de venta, por lo regular a las afueras del Centro de Gobierno, donde ya tenemos nuestros clientes, además de los pedidos y otras actividades que realizamos como familia para salir adelante, además de instarnos en ocasiones en las Fiestas del Pitic”, expresó.
En ese sentido, dijo que, como padre de familia siente una gran satisfacción, pero también todavía mucha responsabilidad de apoyar a sus hijos, ya que para él y su esposa siempre van a estar ahí para lo que los ocupen.
Con la llegada de su nieto, el pequeño Yohan Alberto, su vida y la de su esposa cambió, y ahora aprovechan cada oportunidad para pasar tiempo con el pequeño, tratando de hacer un balance entre sus responsabilidades y el esparcimiento, porque para ellos es importante pasar tiempo de calidad con la familia.
“De antemano somos muy fiesteros, ya que vamos a todas las reuniones que nos invitan y ahí estamos hasta en ocasiones en fiestas a los que no nos invitan”, exclamó.
Además, y como parte de su formación católica, José participa en muchas actividades en la iglesia de la Santísima Trinidad, ya que forma parte del grupo de liturgia, con su guía espiritual el padre Javier González, quien en todo momento les habla del fortalecimiento que debe de tener como padre de familia.
Recordó que, el tener 31 años de casado y haber procreado dos hijos, y ser abuelo, junto con su esposa Carmen, es algo que le hace dar gracias a Dios, y tener la fortaleza suficiente para ver crecer a su nieto.
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“Nosotros salimos mucho, nos gusta divertirnos, salir a comer o cenar, por lo que hago un llamado a todos los papás para que nunca pierdan esa fortaleza que se debe de tener y sacar a la familia adelante, ya que se trata de una gran responsabilidad, pero al mismo tiempo una gran satisfacción de haberlo logrado, con altas y bajas, pero siempre unidos en la familia”.
Por otro lado, El cuate se considera naranjero de corazón, ya que siempre en todas las temporadas apoya a los Naranjeros de Hermosillo, procurando asistir a los juegos en casa junto a su familia.
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