La Pitaya es una de las flores y frutos más buscadas en el desierto sonorense, estéticamente contrastan con prácticamente todo lo que hay a su alrededor y por siglos se han encargado de alimentar a las tribus originales de toda esta zona del noroeste de lo que hoy es México, además de algunas especies animales que habitan la región.
Es un verdadero tesoro, un oasis en el desierto el que encontramos en los cactus, que crecen por todo el territorio sonorense, aunque no son exclusivos de aquí, pues se pueden encontrar en diferentes partes del país, principalmente donde hay zonas áridas que se encuentran a todo lo largo de Mesoamérica.
El creador digital “El Ranchero” se fue con su padre al desierto, a un rancho donde les compartieron cortar unos brotes de Cactus para sembrarlos en su terreno y esperar que “peguen” en su nuevo hogar, empiecen a crecer y al tiempo saquen esos brotes donde se da la flor de la Pitaya y posteriormente el fruto.
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“Hoy andamos muy contentos y emocionados, porque nos vamos a las pitayas de nueva cuenta, a buscar la planta, el árbol de la pitaya para traernosla para acá para la huerta de nosotros, esperando que encontremos muchas y nos traigamos el carrito lleno, ánimo vámonos”, dijo el Ranchero.
Listos para ir por el cactus de la Pitaya
Primero en su casa les preparan unos taquitos para el camino con machaca y frijoles y se van con muy buena actitud por esa travesía en busca de buenos brotes de cactus, que al parecer ya empezaron a crecer y a soltar los brotes florales que tanto buscan, principalmente para cultivar esa fruta tan preciada.
“Por acá andamos juntando las pitayas mis rancheros, andamos emocionados porque la última vez que vinimos acá, pues ya llevábamos unas cuantas y ya nos está rindiendo frutos compadre, así que venimos por otra tanda, deseando hacer producción, no estamos haciendo el corte para terminar con estas pitayas, al contrario, queremos tener más vida allá en nuestro terreno, queremos tener mayor variedad de fruto”, detalla el Ranchero.
Esta fruta suele ser muy buscada por esa gente que espera le época propicia del año en que se da y esperan ansiosos, ya sea comerla así directamente, quitándole la cáscara con mucho cuidado, o también en diferentes postres y platillos, donde la nieve de pitaya es una de las favoritas de los hermosillenses.
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“Les voy a enseñar un poquito de como es el fruto de aquí, ahorita más que nada está en la etapa de floración, ahorita está empezando la pitaya a ‘botonear’, aquí están los botones, esta ya esta queriendo florecer, sale la flor y ya que revienta la flor, aquí sale la pitaya, aquí se ve y lo que vamos a plantar es el ‘broto’, porque ya la vieja no da”.
Al final salen con su camioneta bien cargada con estos cactus y se los llevan de regreso a casa donde los van a ir sembrando con toda la esperanza de ir reforestando ese terreno que tienen y donde se ve mucho espacio disponible para meter mucha más vegetación e ir armando de a poco el huerto que tanto desean.
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