Brianna Rawlings tenía 18 años cuando supo que estaba embarazada, a la mitad de su gestación con tan solo 17 semanas fue diagnosticada con cáncer en la sangre, el cual era muy agresivo y lleva por nombre leucemia de células NK. La joven se había enfrentado a una situación muy difícil, sin embargo prefirió el nacimiento de su hijo antes que los tratamientos contra la enfermedad.
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A pesar de que no se encontraba justamente en la mitad de su embarazo, tuvo que tomar una decisión difícil: interrumpir el embarazo para comenzar de inmediato un tratamiento contra el cáncer que le podría salvar la vida o llevar al niño al término.
Sin imaginar lo que podría pasar, decidió continuar con el embarazo y a su vez renunciar al tratamiento, desafortunadamente, sus vidas se perdieron demasiado pronto, ya que la joven contrajo una infección en la sangre durante el embarazo, por lo que sus médicos sacaron a Kyden prematuramente a través de una cesárea para evitar que le pasara la infección.
El pequeño Kyden, sobrevivió solo 12 días, pero durante ese tiempo Brianna pudo abrazarlo y darle mucho amor, asimismo le trajo mucha alegría durante su corta vida pues luchaba contra todos los pronósticos para seguir, sin embargo no resistió.
“Esos 12 días que pude pasar con mi bebé Kyden, abrazándolo, contando los dedos de sus pies y manos y hablándole como lo haría cuando estaba boca abajo. Fueron tan especiales, ¡fueron los mejores 12 días de mi vida! ", expresó Brianna.
La joven mujer había prometido a Kyden que no se rendiría y mantuvo esa promesa después de su muerte. A pesar de que estaba sufriendo un profundo dolor emocional por la pérdida de su hijo, además del dolor físico, luchó para vencer la enfermedad y tratar de quitarle la vida.
“Estaba muy feliz y emocionada de ser madre, todo lo que siempre quise tener es una familia. También tenía miedo de lo que el mundo tenía reservado para mí. Ha sido muy duro, largo, agotador y doloroso. Aunque Kyden ya no está con nosotros, me dio la fuerza para seguir adelante y vencer esto, quiero vencer esta terrible enfermedad", dijo.
Tras la muerte de Kyden, parecía que la situación estaba mejorando, ella progresaba en la recuperación de las piernas y sus niveles en la sangre estaban en aumento e incluso se le permitió hacer excursiones de un día fuera del hospital, pero después su condición comenzó a deteriorarse.
Brianna se mantuvo con una actitud optimista, incluso cuando el trasplante de médula ósea de su hermano fue rechazado a favor de un ensayo con un fármaco.
El 29 de diciembre, a tan solo unos días de haber cumplido 19 años, Brianna falleció. Esa misma tarde sus familiares realizaron una emotiva publicación en Facebook para despedir a la joven madre.