Al estilo de los grandes y antiguos exploradores, el hermosillense Héctor Cosío, tiene muy claro en su mente la idea de conocer todo el continente a bordo de su motocicleta y en un futuro, ya que completa el objetivo de conocer toda América, entonces buscar el brinco hasta África, Asia y Oceanía.
La emoción y adrenalina de recorrer cada kilómetro y el plan que ya inició el mes pasado, cuando partió de La Paz, Baja California Sur, para poder llegar a Hermosillo, donde realizó un pausa para estar con su familia unos días y de aquí este sábado 14 de septiembre partirá con sus maletas y su motocicleta para cumplir la meta de llegar hasta Argentina.
Ya en el pasado se dio el tiempo de ir hasta el norte, llegó hasta Alaska para conocer y convivir con el clima y la naturaleza en medio de la nieve, todo lo hace con el fin de tomar fotografías y videos, que comparte en sus redes sociales de este proyecto que tiene “Expedición América”, donde comparte todas sus experiencias.
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“Prácticamente es mi vida, ya no tengo nada, todo cerré, mi trabajo, vendí mis cosas, ahorita todas mis cosas, mi vida, está en una mochila en la moto. Voy a vivir un tiempo viajando así, no hay un plan de ir y volver, de llegar a Argentina ya; una de las finalidades de este proyecto es que sirva como una ventana para conocer el mundo, el continente y compartirlo para toda esa gente que no tiene posibilidades de salir”, relató el viajero en entrevista exclusiva para El Sol de Hermosillo.
La cultura de los pueblos
Como creador digital se enfoca mucho en las diferentes culturas y costumbres de todos los lugares a los que va llegando, le interesan mucho las comunidades indígenas, que conservan esa forma de vida, como lo hacían sus antepasados, ya que considera importante documentar todo su entorno ante la constante amenaza y desplazamiento del que son objeto, que los está orillando a la desaparición.
“Siempre te trae alguna enseñanza y ese es el plan, ir conociendo lo que se vaya presentando en el camino e ir buscando esos rinconcitos, no tengo como tal unas ganas por conocer o llegar a Argentina o sea, es el viaje en sí de aquí hasta allá lo que me llama la atención, no es la meta, es el trayecto, lo que pasa en el camino”, aseguró.
De esta forma planea visitar las culturas y lugares emblemáticos de sudamérica, como la cultura Inca en Perú, los Andes, pero lo que más le emociona conocer es Brasil, con toda su vegetación, el idioma, sus costumbres, tal y como ya lo hizo en nuestro país en el 2017, pues ya le dio la vuelta completa montado en su motocicleta, ya lo recorrió de punta a punta y así ahora se enfoca en la parte sur del continente.
“Me aventé una vuelta a México en moto, ahí sí la hice de que tenía dos meses para hacerlo y creo que le ahorré 15,000 pesos, con eso hice ese viaje, y dije con esto la tengo que armar y acampando, comiendo Maruchan, preparándome comida ahí en la moto y le di la vuelta a México y me llamó mucho la atención” recordó.
Los riesgos de viajar solo
En todas sus aventuras, en sus trayectos, le ha tocado experimentar algunos episodios con gente que se dedica a cosas ilícitas, principalmente en Sonora, Guerrero y Michoacán, pero afortunadamente no ha tenido problemas, pero siempre está el riesgo de a lo mejor llegar a algún lugar en el tiempo equivocado, pero eso no es lo único a lo que se tiene que enfrentar, siempre hay que estar atento a todos los detalles.
Para empezar, si itinerario no incluye hoteles, hostales o casas de descanso, él carga con su casa de campaña y su bolsa para dormir y ahí es donde se tiene que instalar en donde planee pernoctar, siempre busca lugares idóneos para poder dormir sin ser molestado y a salvo, ya que animales peligrosos en donde sea se puede encontrar, sin contar, por ejemplo las altas temperaturas con las que se encuentra en ciertos lugares, son cosas típicas con las que tiene que lidiar.
Las carreteras siempre con el riesgo latente de algún accidente, ya se sea provocado por alguna mala maniobra propio o de algún otro conductor, un percance mecánico, una ponchadura que le pueda provocar una volcadura, eso es el pan de todos los días y lo asume con responsabilidad, puesto que no lleva prisa, no corre de más, aunque a veces por la distancia lo haya llevado a manejar prácticamente todo un día para llegar a sus siguiente parada.
La moto y los viajes como estilo de vida
El decidir dejar todo para montarse en esta aventura no es nada fácil, pero le mueve más el hecho de salir a conocer el mundo, de conocer a mucha gente, sin importar los lazos que lo liguen a algún lugar en particular, como lo es Hermosillo, donde vive toda su familia, eso ya lo ha superado y es por eso que ya no quiere parar, ya lo hizo con la pandemia, que provocó que sus planes se retrasaran y hasta ahora los está retomando.
“Está padre, pero para mí es más como un reto y realmente ver si puedo convertir en esto mi estilo de vida, en mi trabajo, que se vuelva en algo autosustentable, creo que eso es lo que me representa este reto y es en partes, eso es lo que me llama la atención de vivir así y pues sobre todo, muchos le llaman incertidumbre, pero para mí es algo emocionante, me llama la atención despertar cada mañana y no saber que te va a deparar el día”, confesó.
Su capacidad de asombro nunca se agota y mantiene alerta siempre su instinto explorador y eso le permite improvisar, cambiar de ruta, detenerse en alguna comunidad que le llame la atención o que alguien le recomiende, así es como va a donde el viento lo lleve, tiene fecha de partida, pero no sabe cuándo se va a detener, su vida a partir de este sábado será sobre la moto y en las carreteras, en los pueblitos, con la naturaleza.
La forma de sobrevivir
Sin embargo embarcarse en este viaje no fue nada sencillo, tuvo que ahorrar por un buen tiempo, vender sus cosas, su auto, sus muebles, ropa, todo, solo se quedó con lo que lleva en la moto, sus cámaras, algo de ropa, algunos utensilios de cocina, herramienta y su kit para acampar, pero eso nunca será suficiente por lo que va desarrollando alguna actividad en los lugares a donde llega para generar algunos ingresos.
“Poco a poco fui juntando para financiar el principio del viaje y tener como un respaldo por cualquier cosa y en el camino voy trabajando, voy ofreciendo servicios de fotografía a hoteles, restaurantes, que tengan que ver con el turismo, nunca falta alguien que sí te contrata, algunas veces te dan hospedaje en forma de intercambio y todo cuenta, imprimo postales y en los lugares a donde llego, en los parques, en las playas, en los malecones me pongo a venderlas, a lo que gusten cooperar y sí te va bien, sacas algo ahí y pues entre las redes sociales de todo un poco”, relató.
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De igual forma se contacta con redes de viajeros y en ciertos lugares se encuentra con alguna mano amiga que le ofrece un lugar donde descansar, donde bañarse, algo de comida, porque este tipo de travesías son de mucha demanda física, en un principio le costó mucho trabajo adaptarse, el cuerpo se fue acostumbrando poco a poco a ese desgaste tan intenso al que se somete en cada trayecto.
“Se necesita tener el espíritu, pues se romantiza mucho todo eso de viajar, pero la verdad sí es una chinga, no es fácil, pero todo vale la pena, estoy casado conmigo, con estar bien, con sentirme bien cada día y esto que hago me trae esa felicidad, esa tranquilidad, la moto es un medio de transporte, obviamente te trae mucha aventura, claro, de poder llegar a esos lugares, de poderte mover sin gastar tanto, sin contaminar tanto y obviamente con la aventura de vivir arriba de la moto”, finalizó.
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