Un encargado de la salud llamado Andrew Hudson, trabajó en un bar durante cinco años antes de la escuela de enfermería, en donde familiarizó el olor a vodka de Tito.
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A principios de 2020, mientras Hudson trataba a pacientes con Covid-19 en una unidad de cuidados intermedios en un importante hospital de Detroit, notó que su desinfectante de manos olía a alcohol, posteriormente volteó al empaque y vio una etiqueta de Tito.
Cabe señalar que en ese momento, EE.UU. permitió que las destilerías fabricaran desinfectantes a base de etanol, debido a la gran escasez de suministro que había en todo el país, la cual paralizó la respuesta de la atención médica a la pandemia.
Entre bromas y risas, el joven enfermero compartía su experiencia, pues señaló que este tipo de medidas provisionales federales y la falta general de apoyo que él y otras enfermeras recibieron provocaron agotamiento y problemas de salud mental en sus casi dos años como enfermero de la UCI de Covid.
Asimismo dijo que no recibió ningún pago por riesgos trabajando entre marzo de 2020 y diciembre de 2021 como enfermero de UCI en Michigan y Colorado, también que reutilizó máscaras y batas, y envió los cuerpos de sus pacientes a camiones congeladores fuera de su hospital.
Al final de la jornada en la UCI, Hudson llegó a casa después de turnos con ataques de nervios, lo que ocasionó que dejara la enfermería en diciembre de 2021, mientras contaba su historia en un video compartido en Twitter, el cual lleva medio millón de visitas.
En el clip, el enfermero mencionó que ayudar a los pacientes durante meses sin el personal y el equipo adecuados “es como vaciar el océano con un balde”.
Los primeros días de la pandemia fueron oscuros e inciertos
Sus primeros meses tratando a pacientes con Covid fueron un torbellino. Su equipo experimentó con el ahora desacreditado tratamiento hidroxicloroquina porque, en ese entonces, ningún médico sabía con certeza cómo tratar la enfermedad.
El joven recordó haber llamado a 30 respuestas rápidas en 2020 cuando sus propios pacientes entraron en un nivel crítico, y muchos más para los pacientes de otras enfermeras. Durante los primeros meses, Hudson embolsaba a los pacientes muertos y los llevaba a la morgue, y a veces los camiones congeladores los llevaban a los hospitales para almacenar los cuerpos cuando las tasas de mortalidad eran superiores a 100 por semana en Michigan, varias veces por noche.
Entre sus peores recuerdos es que para proteger a los funerarios de la exposición, Hudson cubrió con gasa y vendó los párpados, las fosas nasales y la boca de sus pacientes muertos. “Se sintió macabro", dijo. "Era bastante sombrío de ver y sentí que esto se siente un poco medieval de alguna manera”, señaló.
Personal insuficiente, pacientes agresivos y crisis nerviosas
En 2021, Hudson se mudó a un pequeño hospital en Denver que atiende a comunidades desatendidas, de nueva cuenta se encontró con el tratamiento de pacientes en la UCI en su mayoría con Covid debido a la variante Delta.
Ante la falta de personal tenía a su cargo al menos tres pacientes al mismo tiempo, sin embargo, de acuerdo a las leyes de seguridad personal en Massachusetts se recomienda que las enfermeras atiendan sólo a un paciente de la UCI a la vez, también en una investigación de la Universidad de Pensilvania encontró que cuantos más pacientes debe cuidar una enfermera, peor se vuelve la atención.
Posteriormente el hospital contrató enfermeras itinerantes y estudiantes recién graduados para ayudar en los pisos de la UCI, pero su falta de experiencia no fue suficiente para ayudar a controlar el número de víctimas de la pandemia.
Hudson compartió que se había convertido en enfermero para ayudar a las personas y ganarse la vida con ello, pero en los últimos dos años, sintió que ya no ganaba un salario razonable por la cantidad de trabajo sin precedentes que hacía, y sintió que no importaba cuánto intentara ayudar, sus pacientes seguirán muriendo.
“El sistema ya está colapsado, pero ahora tendrán que lidiar con las ramificaciones de ese colapso”.
Después de pasar un tiempo con su familia durante las vacaciones, Hudson se dedicó a sus pasatiempos: un podcast de comedia que copresenta con sus amigos, llamado E1 Podcast y arte digital, pues mencionó que utilizará su tiempo para “descomprimirse” debido al estrés de los últimos dos años.
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Finalmente el enfermero compartió un mensaje para otros trabajadores de la salud hartos: que renuncien. “Estoy alentando a los trabajadores de la salud, no sólo a las enfermeras, si pueden dejar su trabajo, creo que deberían hacerlo”, dijo. “Creo que deberían ver que nos necesitan más de lo que nosotros los necesitamos a ellos. Y el sistema ya está colapsado, pero ahora tendrán que lidiar con las ramificaciones de ese colapso”, concluyó.