Lamentablemente, los hechos violentos en una sociedad son algo que sucede más común de lo que uno se puede llegar a imaginar. Incluso en este mismo instante, mientras presiono las teclas de mi ordenador y escribo, en algún lugar del mundo, alguien sufre a causa de alguna clase de violencia en su contra.
Es lamentable, sin duda, pero si bien, las causas pueden ser variadas, por lo general, los cuerpos encargados de dictaminar el porqué de estos sucesos, también se topan con casos que son sumamente complejos y difíciles de explicar.
Esto se debe, a que la violencia puede ser clasificada y juzgada dependiendo del grado en la que ésta fuera aplicada por el perpetrador o la razón que lo orillara a actuar así.
Quizá fue un golpe o varios, agresión con un arma blanca o arma de fuego, quizá lo hizo por desprecio, odio, venganza, por descuido, defensa propia o era la única salida (desde su punto de vista).
Cuando hablábamos de crímenes violentos, siempre habrá muchas aristas, pero sin duda, hay crímenes que impactan más que otros y hay perpetradores, que ponen en tela de juicio a nuestra misma sociedad, más que otros.
Por lo general, a lo largo de nuestra historia, la humanidad se ha familiarizado con los criminales, a quienes han identificado como personas violentas, que pueden tener problemas con alguna o varias clases de drogas, que viven o crecieron en circunstancias propicias para el desarrollo de los comportamientos que los orillaron a su actuar.
Pero, ¿qué pasa cuando escuchamos hablar de los tiroteos escolares? Cuando escuchamos que un niño, un adolescente o un joven que estudia y supuestamente vive en un entorno favorable comente este tipo de actos tan atroces.
¿Acaso es porque juega o tiene contacto con videojuegos violentos? O hay algo más dentro del concepto que tenemos de nuestra sagrada e inmaculada sociedad que sumado a ciertos perfiles psicopáticos, los orilla a actuar de esta manera.
La violencia en nuestra cultura
Acabamos de comenzar el 2021, de hecho, al momento de escribir esto, apenas han pasado un par de días. Sin embargo, varios videojuegos, películas, series, libros, entre otras cosas, que tocan temas de violencia de algún tipo, ya se encuentran listas para su estreno, sin contar a las que ya están en el mercado.
Todos nosotros, incluso algunos desde muy temprana edad, llegamos a tener algún tipo de contacto con este tipo de entretenimiento con tintes violentos.
Ya sea viendo una película, jugando un videojuego o incluso escuchando un tema musical. Es más, si somos realmente estrictos, no necesitamos más que poner algún canal de noticias para toparnos con nuestra propia realidad.
Lamentablemente, la violencia es pan de cada día, sobre todo en países como el nuestro y eso es algo que por más propagandas o accionar de algunos cuantos por ocultarlo, no se puede tapar el sol con un dedo.
Desde el narcotráfico hasta la violencia de género, todo es una amalgama de sucesos de los cuales todos somos testigos sin importar nuestro extracto social, pero como suele decirse, cada quien observa lo que quiere ver.
¿Violencia en la escuela?
Transportemos esta situación a un ambiente “más controlado” como la escuela, ese lugar, al cual nuestros niños y jóvenes van para aprender a socializar con los demás, para aprender ideales y conocimiento que los formara de una manera que sean capaces de enfrentarse al cruento mundo de los adultos.
Sin embargo, todos los que hemos pasado por esas aulas, recorrimos esos pasillos y compartimos momentos inolvidables (para bien o para mal), sabemos que también existían otras circunstancias que muchas veces, era mejor no voltear a ver.
Recordemos que, desde jóvenes se nos pide encajar, adaptarnos a un tipo de complejo ambiente social en el cual debemos desarrollarnos, pero es un hecho, que no todos pensamos igual, no todos compartimos los mismos gustos, anhelos y no todos, crecemos en el mismo entorno. Para no hacer el cuento largo, la escuela es difícil.
Si crecer es complicado, estamos llenos de hormonas, pensamientos, sueños y un sinfín de ideas que nos llenan nuestras cabezas con el miedo de qué nos depara el futuro, ahora pongamos todos esto en ese ambiente social, donde algunos son más fuertes que otros, algunos tienen más que otros y algunos son más populares que otros.
Todos hemos sabido de la comidilla, las burlas entre compañeros, los juegos pesados, todo eso pasa, es completamente normal, tus padres lo vivieron, los padres de tus padres también, ustedes y nosotros, sin embargo, cuando esto pasa la línea, deja de ser gracioso.
Ahí es cuando se presenta el famoso bullying, el cual es definido como una serie de acciones de acoso, tanto físico como psicológico de uno o varios alumnos someten diariamente a un compañero en específico.
Esa es la mayor diferencia, ya no hablamos de bromas pesadas en un completo acuerdo, sino son bromas hirientes, golpes, discriminación de diversos tipos, abuso verbal, desprecio y desprestigio a alguien en específico.
No abundaremos mucho en el tema, pero es un hecho que este tipo de accionares han sido parte de los motivos por los que muchos jóvenes han sido orillados a cometer actos sumamente horribles, ya sea contra ellos mismo (suicidio) o contra los demás.
¿Los videojuegos tienen la culpa?
Después de ver estas diversas aristas, de explicar un poco sobre la violencia en nuestra cultura y la problemática del bullying en nuestra sociedad, es hora de meternos de lleno con los videojuegos. ¿Acaso son ellos los verdaderos culpables?
Los tiroteos escolares han tenido suceso, en su mayoría, en tierras estadounidenses. Esa es una primicia sumamente triste y que ha sido algo lamentable para nuestro país vecino.
Sin embargo, también existen casos en Latinoamérica e incluso, se han presentado en México y Europa, así que esto no se trata de ver qué gobierno o país tiene la culpa.
Como dijimos anteriormente, todos somos diferentes, vivimos en culturas distintas y dentro de ellas, existen personas con ciertos rasgos psicopáticos que pueden terminar siendo un detonante para cometer actos que no podemos llegar a explicarnos.
Ahora bien, dentro de toda esto que pueden ser detonantes para llevar alguien a siquiera pensar en hacer algo así, ¿podemos incluir a los videojuegos?
La realidad es que existen diversas posturas, tanto la Asociación de Psicología de Estados Unidos como la Academia Estadounidense de Pediatría, por ejemplo, mantienen una postura firme en que los niños y adolescentes no deben tener contacto con estos videojuegos.
Según estudios, más del 90% de los niños del país vecino, tienen contacto con juegos violentos y que entre niños de 12 a 17 años la cifra aumenta hasta el 97%.
Para la Asociación de Psicología de Estados Unidos, el uso de estos videojuegos es un factor importante para desarrollar en los niños un comportamiento más violento y agresivo, desarrollando una empatía hacia la sociedad.
Incluso el mismo gobierno de este país, en palabras del presidente, Donald Trump, en su momento llegó a vincular la violencia que se incrementaba en el país hacía el contacto con videojuegos y películas de carácter violento, algo que no fue bien recibido por un país que permite el uso legal de armas de fuego y que incluso es realmente fácil de conseguir para menores de edad, algo un poco contradictorio, si me lo preguntan.
También cabe señalar como muchas veces algunos gobiernos señalaron a los videojuegos como culpables de actos criminales (en el caso del asesino de la katana, la masacre de Columbine o el tiroteo del alumno en Torreón) con comparaciones sacadas de los pelos y sin sentido para aquellos que si conocen sobre estos; la mal información, también es peligrosa.
Por otro lado, algunos sociólogos han especificado que no existe relación alguna entre que una persona pueda llegar a cometer actos violentos y vea o juegue videojuegos.
Uno de ellos fue Whitney DeCamp, un profesor de la Universidad del Oeste de Michigan, señaló que tras varias investigaciones desarrolladas, descubrió que jugar videojuegos, sin importar que tan sangrientos puedan llegar a ser, no predice una conducta violenta.
Christopher Ferguson, copresidente del Departamento de Psicología de la Universidad de Stetson en Estados Unidos, no sólo respaldó estos datos, sino que asegura que el mantener a jóvenes propensos (por diversos factores externos) a la violencia, jugando videojuegos, es beneficioso para ellos.
Esto se debe a que al mantenerlos ocupados realizando una actividad, les ayuda a desestresarse, desahogar su violencia y mantenerlos alejados de las calles, algo que se puede dar ya sea con videojuegos, algún deporte o cualquier tipo de actividad que a ellos les agrade realizar.
Ambos están de acuerdo con algunos conceptos, que se debe tener cuidado al momento de señalar un problema en particular para justificar actos de ese tipo y que casi todos los jóvenes juegan videojuegos con alguna clase de contenido violento y la mayoría no comete ningún tipo de crimen en su día a día.
De igual manera, sólo hemos visto en su mayoría estudios de Estados Unidos, esto se debe a que es el país que suele más que ningún otro atacar a esta industria, cada vez que ocurre un hecho lamentable.
Si vemos desde la perspectiva de estadísticas, Estados Unidos ni siquiera es el primer lugar en consumo de videojuegos, algo que en números domina Corea del Sur y China (siendo ellos el tercero).
Sin embargo, dentro del top cinco de países donde personas consumen estos productos, son los líderes en asesinatos con armas de fuego, según estudios realizados entre 2017 y 2019 por el Institute for Health Metrics and Evaluation.
Cabe señalar, que uno de los factores que pueden decidir qué es lo que ven o juegan sus hijos, depende en demasía de los padres de familia, pues si bien casi un 85% de los videojuegos contiene algún tipo de violencia (por más mínima que sea), estos al igual que las películas, cuenta con clasificaciones y no se vende a menores si esta no lo permite.
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Realmente, los padres no conocen o simplemente no les interesa saber sobre estas cosas, pero es fundamental que se conozca y se investigue por parte de ellos, qué es lo que está apunto de comprarle a sus hijos y no sólo culpar al contenido.
Como siempre en este tipo de casos, las opiniones pueden variar siempre, cada quien tiene un punto de vista, incluso con investigaciones de por medio, pero ustedes, ¿qué opinan? Sin duda alguna, es un tema complejo e interesante.