La tragedia de Beirut, Líbano, dejó al descubierto muchas cuestiones, pero no todas son malas. Sebastián Loustaunau Molina, es un joven originario de Hermosillo que decidió ponerle un freno a su carrera de derecho para ayudar a niños sirios refugiados en aquel país oriental.
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El estudiante de 23 años de la carrera de derecho en la Universidad de Sonora (Unison), Campus Hermosillo, logró sobresalir ayudando a otros más necesitados, pero que, a final de cuentas, fueron su inspiración.
La explosión ayudó a que sus connacionales lo voltearan a ver, pero su ayuda a los demás era más. Biblos es la ciudad a donde él se había ido y donde encontró la forma de volver y ayudar.
"Al momento de la explosión me encontraba en una ciudad que se llama Biblos, ahí estaba y pudo haber sido muy malo, pero ahí estaba. Mi departamento está a unos 2 kilómetros, pero afortunadamente yo no estaba en mi departamento", expuso.
El entrevistado indicó que a pesar de que se saben algunas cosas, como la explosión inicial que fue en un barco, no podría decir el origen, pero sí que fue una tragedia que nadie se esperaba.
Detalló que su andar por la vida lo llevó a estar allá en el barrio de Medio Oriente y su departamento sufrió daño, pero él no se encontraba en esa zona y no conocía a más mexicanos o sonorenses que estuvieran en el lugar.
¿Cómo llegó a Beirut?
En el año 2015, Sebastián fundó una asociación de beneficencia pública llamada Algo por Alguien, que daba ayuda a niños con útiles escolares, indigentes con ropa o zapatos, pero su vocación hasta ahora lo llevó más allá.
"Yo entiendo perfectamente que hay necesidad en Hermosillo, Sonora, en México e incluso Latinoamérica, pero hay otras realidades totalmente diferentes, otro tipo de necesidades sociales. Son términos personales", manifestó.
Sebastián explicó que cuando una persona toma la responsabilidad de hacer un voluntariado internacional y hacer algo por los demás, lleva el peso de su país y gente, por lo que siempre trató de hacerlo con la mayor responsabilidad.
"Por qué salirme a otro tipo de realidades sociales, por así decirlo. Son términos personales. En el momento que alguien decide tomar un voluntariado internacional tiene que estar consciente de que tú no eres el mesías ni el gran voluntario allá ni vas a llegar a hacer los grandes cambios. Es más lo que tú puedas aprender de esa experiencia", enfatizó.
¿Qué sigue en la fundación Algo por Alguien?
La fundación es algo que siempre ha gustado a los demás, ¿pero si su fundador está en Medio Oriente, qué sigue?
"Ya retomé como presidente y estoy esperando nomás volver allá para entrar más de lleno. Ahorita la mayoría de las actividades son por redes sociales, que son colectas, campañas de concientización, canalización de voluntarios para otras ONG's", puntualizó.
Sobre los inicios de estas obras, Sebastián explicó: "Inicié por un accidente con un amigo, con un #hashtag y seguíamos haciendo cosas buenas por los demás, pero las redes sociales en su boom nos ayudaron mucho".
Agregó: "Hicimos el algo por alguien, que alguien más hiciera por alguien con un sentido de réplica, que no fueran las 'pedotas'; y mucha gente ayudó".