¡Los seguimos escuchando! Las críticas y comentarios respecto a las mujeres son algo que sigue presente a pesar de las publicaciones, y varios tipos de actividades, para combatir los micromachismos.
Este tipo de violencia, verbal, en repetidas ocasiones es reproducida o imitada por mujeres o bien, normalizada y tomada en cuenta a la ligera, como si fuera un chiste, en el mejor de los casos.
Seguro que alguna vez has escuchado comentarios machistas, que deberían ser identificados y combatidos. A continuación te presentamos algunos.
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Recuerda que los comentarios machistas son aquellos que, aparentemente inofensivos, denigran a las mujeres, muchas veces poniéndolas en peligro; estos no solo se expresan de manera cotidiana en conversaciones, también están en canciones, series, películas, telenovelas, lecturas y hasta en juguetes.
El sitio de Movimiento por la Paz (mpdl.org) define micromachismos como “sutiles e imperceptibles maniobras y estrategias del ejercicio del poder de dominio masculino en lo cotidiano, que atentan en diversos grados contra la economía femenina”.
Se trata de críticas que pretenden dictar cómo debe ser y actuar una mujer, independientemente de su edad.
Tienes un carácter muy fuerte
A las mujeres se les suele catalogar como de carácter fuerte o de demasiado carácter como si fuera una crítica; mientras que los hombres con fuerte temperamento se les considera “con mucha personalidad”.
La consecuencia es que, quienes hacen la observación, generan la idea de que las mujeres debemos ser complacientes y calladas, no impositivas,. Incluso se les llega a etiquetar como peligrosas, transgresoras y, en el caso más extremo, agresivas.
“Te está bajando”
Cuando las mujeres se muestran sensibles o irritables, lo más común es que se les diga “Te anda bajando” o “Andas en tus días” porque consideran que su estado de ánimo es consecuencia de la histeria que, aseguran, se “aparece” en las mujeres durante su ciclo menstrual.
Las mujeres también matan
Cuando ocurren casos de feminicidio, muchas veces, en vez de lamentarlo, hay quienes justifican las acciones de que a las mujeres se les prive de la vida por el simple hecho de ser mujeres, con la afirmación de que “también ellas matan”.
“Soy feminista porque ayudo en la casa”
Otra creencia muy arraigada es que los hombres que realizan tareas domésticas presumen ser feministas por lo mismo, sin tomar en cuenta que cohabitar en un mismo espacio requiere de compartir las actividades que conduzcan al bienestar en común.
Esta actividad no es propia de una mujer, aunque tradicionalmente en muchos hogares así se haya educado y sigan reproduciendo estos patrones por generaciones.
Las niñas son más “adelantadas”
Aunque la madurez depende de cada persona, no de su género; hay quienes mantienen la creencia de que las niñas maduran antes que los niños; tal vez por eso se considere que los niños son menos maduros y eso les da el derecho de entretenerse con videojuegos, metiendo esta determinación a los roles de género.
Por eso los chicos tienen derecho al uso de videojuegos y otro tipo de juguetes, mientras que a las niñas se les venden muñecas, cocinitas para que “aprendan” a ser mamás, pero ¿por qué a una niña no le dan un casco para que juegue a ser ingeniera o una chequera o tarjeta de crédito para que sea una buena administradora?
Las hombres solo piensan en sexo
Existe también la ideología de que las mujeres deben complacer a los hombres en materia sexual porque les corresponde por ser hombres y se justifica así que “solo piensen en eso” porque se supone que en ellos es algo natural, instintivo y primitivo.
En cuestión de los roles de género también se considera que una mujer puede conseguir las cosas más fáciles, ya sea un bien material, una opinión positiva, un trabajo, hasta la entrada a los antros. Esto se conoce además como “la cosificación de la mujer”, aunque haya quien le considere influyentismo o poder femenino.
No salgas, no te pongas, no digas…
Más muestras de micromachismos son las críticas a las mujeres de que el tipo de ropa que usan las pone en riesgo para que algo les pase; el largo de las faldas o de las blusas, o la ropa entallada dan pie a comentarios de que les pasan cosas graves por andar “provocando”.
Es por eso que a las mujeres se les educa con inseguridad, con miedo, con prejuicios que las hacen dudar de acercarse a las personas y a tener y sentir menos libertad que los hombres.
La más usada por hombres violentos
Cada vez son más frecuentes los casos en los que, por presión social, los hombres que han sido agresores y exhibidos como tal han tenido que disculparse públicamente por sus dichos y sus actos.
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Estas personas suelen negar que hayan perpetrado tales acciones porque fueron criados y/o educados “por mujeres”, responsabilizándolas de haber incurrido en este tipo de educación u omitido aspectos formativos que finalmente atentan contra su género.
¿Cuántos casos de este tipo has detectado o incurrido?
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