Un par de lijas, tarimas, tornillos y algunas herramientas de carpintería fueron los materiales que acompañaban a Daniel Tapia para dar inicio con la elaboración de muebles rústicos de madera reciclada, los cuales serían fabricados con el apoyo incondicional de su hijo pequeño, quien fue su motor principal para lanzarse al emprendimiento y ayudar a su esposa con los gastos del hogar.
Daniel tiene una discapacidad motriz que le imposibilita caminar, su condición no ha sido un impedimento para continuar trabajando por el bienestar de su familia, pues antes de la pandemia laboraba en un taller mecánico pero fue cerrado durante la contingencia por lo que buscó opciones para seguir generando ingresos y llevar el pan de cada día a casa.
“Mi hermano fue el de la idea, tengo una noción de carpintería y en diciembre empecé a hacer pinos para la Navidad, un amigo lo subió al Facebook y de ahí se disparó todo, luego vi en Internet otras ideas y comencé a hacer bancas y otras piezas”, mencionó.
Su hijo Daniel Jr tiene 12 años de edad, es su mano derecha y sus piernas, pues desde sus 7 años curaba las heridas de su papá provocadas por un accidente, asimismo años después le ayudaría a lograr cumplir con sus trabajos de carpintería a tiempo.
Después de las múltiples operaciones que tuvo Daniel Tapia, el doctor determinó que debía utilizar silla de ruedas y muletas, por tal motivo se adaptó a sus actividades laborales y su vida diaria para que esto no afectara su salud física y emocional.
“Mi discapacidad no es un pretexto para no hacer nada, todo lo que hago es para llevar la vida mucho mejor, olvidarme de mi problema y seguir trabajando por mi familia, entonces con lo poco que sabía de carpintería empecé a utilizar algunas herramientas”, explicó.
Fue así que comenzó con un par de tarimas de madera reciclada, las desarmó e inició con su trabajo, primero hizo las bancas de madera y conforme pasaba el tiempo incluyó otras piezas como mesas de centro, escritorios, casitas para gato, repisas, portatazas, zapateras, pinos, salas, entre otros.
“Lo subí a redes sociales y ahí la gente me fue conociendo, dejando buenos mensajes y en diciembre hice la primera venta fuera del Estado a Guadalajara, los materiales con los que trabajo son prestados y lijo a mano, algunas personas me regalan tarimas o a veces la compro”, dijo.
Actualmente ha hecho envíos en Hermosillo, Nogales, Empalme, Guadalajara y espera extenderse por otros lugares de la República, su trabajo consiste en la elaboración de muebles o decoraciones de manera que van semilijados, pintados o flameados para dar el toque rústico, los precios pueden variar entre 300 a 1,250 pesos y la duración para fabricarlos es de tres días o hasta una semana.
“Gracias a Dios tengo el apoyo de mi familia, muchos amigos, mis seres queridos, hacer eso me ayuda a mantener mi mente ocupada en otras cosas y no pensar en mi enfermedad, me gusta mucho trabajar y también ayudar a mi esposa, quien es el pilar de mi casa pero también tengo que aportar por ella y por mi hijo que es un excelente estudiante y ha sacado los primeros lugares en la escuela, entonces esto es por ellos”, expresó.
Uno de los deseos más grandes del carpintero es tener sus propias herramientas de trabajo pues las que tiene son prestadas, asimismo tener una lijadora pues le lleva mucho tiempo hace este paso a mano y eso facilitaría la elaboración y entrega.
“Hay que ser conscientes que esto lleva su tiempo de trabajo, hay mucha gente discapacitada que quiere seguir trabajando pero tienen que ser pacientes porque a veces nos lleva más tiempo, no hay nada como levantarse positivamente y dar gracias a Dios por tener trabajo, a veces cuando me siento triste mis amigos me recuerdan la frase que utilizo, ‘ánimo más fuerte que nunca’ y me motivan a salir adelante”, señaló.
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Espera a futuro tener su espacio de trabajo, ya que por el momento trabaja en el patio de su casa y contar con las herramientas necesarias para continuar compartiendo sus muebles rústicos y apoyar la economía de su hogar. Para adquirir alguno de los trabajos de Daniel Tapia se puede dirigir a la calle Valle de Tacupeto #48 en la colonia Villa Colonial entre Reforma y Progreso.
“Hay que salir adelante y seguir trabajando a pesar de la pandemia, los invito a que conozcan mi trabajo, tengo precios muy económicos, quiero ganar poquito pero constante, quiero tener trabajo, la vida es muy corta y hay que disfrutarla cada día, cada momento y yo quiero hacerlo trabajando”, concluyó.