Con tan sólo 3 años de edad, Mario Valenzuela, en compañía de su mamá Marlene Acosta, colocan un pequeño triciclo por fuera de su domicilio para vender bollitos, pastelitos y pancitas que prepara su abuelita Graciela Íñigo.
Ella se dedica a la repostería desde hace 28 años y comenzó vendiendo porciones en vaso, haciendo entregas de mil piezas diarias; pero, al ver cómo crecía el negocio y cómo era la aceptación del público, decidió abrir su pastelería, que actualmente se especializa en hacer estos postres para boda y quinceañeras, pero también cuenta con el especial de vitrina.
Toda la familia de Mario se dedica al comercio. Su papá trabaja en una taquería y su mamá elabora pasteles, como su abuelita, por lo que el pequeño ha crecido rodeado de personas que trabajan en sus negocios propios; es por ello que le pidió a su mamá distribuir el producto en su colonia.
“Desde chiquito le ha gustado lo de las ventas, su tía le regaló un triciclo de su tamaño, entonces yo se lo adapté para que pudiera llevar los pastelitos, cada fin de semana se prepara para venderlos, siempre me pregunta que si hoy va a vender pero sólo lo hacemos los viernes, sábados y domingos”, mencionó Marlene en entrevista con El Sol de Hermosillo.
Su propósito con la venta es comprar sus juguetes, por ello reúne el dinero necesario para que sus papás lo lleven a una tienda,, donde que elige lo que más le gusta. Cada fin de semana ofrece entre 20 y 30 piezas, de las cuales, las más pedidas son las pancitas, un pastel de 3 leches con fruta arriba.
“Sólo lo hacemos en la calle donde vivimos, pasa con el triciclo y toca la corneta para que la gente salga, pero yo le tomo fotos y lo publicó en redes sociales para que la gente venga a comprarle, también algunas veces vamos a la taquería del Chino Mario que es de su abuelo y ahí vende empanaditas”, compartió.
A su corta edad, el sueño de Marito es ser taquero y vender pasteles, pues ve a sus padres trabajar muy duro cada día; asimismo, continúa con las ventas para seguir comprando sus juguetes. Su ubicación para la compra de sus productos, es en la calle Donato Guerra número 447, entre Olivares y López del Castillo, en la colonia Los Jardines, en Hermosillo; de viernes a domingo, en un horario de 17:00 a 19:00 horas.
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“A todos los padres que tienen hijos pequeños y les piden trabajar apóyenlos, motiven a sus hijos a que no les dé vergüenza nada porque algún día van a empezar a ganarse la vida y si es desde pequeños mejor, para que sepan a lo que se van a enfrentar”, concluyó la madre del pequeño Mario.