Desde hace 56 años, en el corazón de Ures, María Luisa Martínez Olivarría junto a su esposo Cayetano Duarte Espinoza elaboran alrededor de 10 mil piezas de jamoncillo, dulce tradicional sonorense, el cual tiene su origen en Japón.
María Luisa relató que el negocio conocido por todo el pueblo como Jamoncillos Cayetano inició antes de la Segunda Guerra Mundial, cuando llegó a Ures una familia japonesa conformada por Nacho y María Tanaka, además del hijo de la pareja.
"Ellos vinieron y trajeron toda esta clase de dulces como obleas, melcochas, ponteduros y el jamoncillo, de toda clase de dulces", explicó
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La empresaria detalló que, sobre la plaza principal existe una refresquería que aún funciona, en esta la pareja proveniente del país nipón inició su negocio, en el cual posteriormente su tío y su padre trabajarían para aprender el oficio.
A raíz de la Segunda Guerra Mundial, y de un decreto donde se decía que los inmigrantes japoneses no podían estar cerca de la frontera con Estados Unidos, mencionó que Nacho y María Tanaka fueron concentrados junto a otros connacionales en la Ciudad de Guadalajara.
Debido a lo anterior, María Luisa declaró que su padre pasó a administrar el negocio para después formar el propio en el mismo giro, y agregó que, "nosotros somos 11 hermanos, cuando yo me casé pusimos este negocio y desde entonces estamos trabajando aquí".
De Sonora para el mundo
Destacó que su producto sale de Ures a muchas partes del estado y la República Mexicana, además de que es muy solicitado por visitantes de otros países.
Su preparación es simple e igual que todas las recetas, a excepción de que utilizan leche bronca recien ordeñada como ingrediente sobresaliente para su sabor, comentó.
María Luisa expresó que el jamoncillo es un dulce muy representativo de Ures, ya que todo visitante nacional o extranjero que pasa por el pueblo lo primero que busca es la fábrica, esto gracias a las 12 personas que colaboran para la elaboracion del dulce manjar.
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Aseguró que durante las más de cinco décadas de trayectoria Jamoncillos Cayetano ha contado con dificultades al igual que todos los negocios, sin embargo, ninguna significativa, por lo que siempre han podido salir adelante.
Para finalizar dijo que, al igual que su padre, le gusta que los clientes que visitan el establecimiento sean testigos del trabajo que se hace, que pregunten sobre su elaboración y en ocasiones hasta les permite participar en la cocina.
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