Joaquín Álvarez Durand es artista de corazón, es reconocido en el mundo del arte como Joaco Durand y utiliza el apellido de su madre por ser parte fundamental en su crianza y crecimiento profesional.
Sus inicios en el arte se manifestaron a sus cuatro años de edad cuando asistía a preescolar y usaba sus materiales de trabajo para realizar figuras de sus personajes favoritos, así como también hacía uso de materiales reciclados que había en casa.
“Empecé haciendo bolitas de pasta de galleta, cuando iba al kínder y veía plastilina de colores hacía un intercambio por otros colores que no tenía en casa para hacer mis personajes; cuando se dieron cuenta mis maestros me regañaron porque no debía llevármelos pero sólo cambiaba mis plastilinas de colores por otros que había en el salón que me pudieran servir”, recordó Joaco.
Sus primeras piezas fueron inspiradas en sus caricaturas favoritas Power Rangers y Pokémon, que intercambiaba con sus amigos por otros juguetes, años después comenzó con la fabricación de vehículos y helicópteros, pasando de la técnica de la masa de bolita para galleta y la plastilina al yeso, cera y hasta trabajó la madera.
El joven estudió distintas carreras que le ayudaron a conocer distintas formas, materiales y técnicas para continuar haciendo sus figuras, finalmente egresó de la licenciatura en Artes Plásticas donde se especializó en escultura, por lo que comenzó a fabricar sus propias piezas para ofrecerlas al público.
“En Navidad no tenía muchos muñecos de regalo porque me regalaban plastilina para hacer las propias de los personajes de Star Wars, es lo que me dedicaba a hacer en mis tiempos libres y los intercambiaba con mis amigos porque les gustaba lo que hacía”, recordó.
En 2020 el artista tenía planeado hacer exhibiciones sobre su trabajo, sin embargo ante la pandemia por Covid-19 se cancelaron las actividades agendadas, entre ellas la exposición de animales elaborados con la técnica mixta.
Por tal motivo decidió fabricar otros personajes como las catrinas para continuar generando ingresos.
“En el Departamento de Artes de la Universidad se celebra el Día de la Catrina, la cual es un ícono mexicano creado por el grabador y caricaturista José Posada; entonces, como no se pudo hacer el evento decidí hacerlas porque todo el año no tuve exposiciones. Ahí fui mejorando las técnicas, moldeado a mano y hasta el detalle de la ropa elaborada con tela”, explicó.
En septiembre comenzó a fabricarlas, posteriormente las terminó en el mes de octubre, cada una fue personalizada por el artista; se le dio un toque retro, asimismo mencionó que trató de hacer historias diferentes y divertidas para el público.
Cada catrina mide 40 centímetros y está hecha con plastilina epóxica, polymer clay, telas, y armazón de alambre. Está empotrada en una base de madera de pino barnizada con vinil color dorado y dice la frase “Día de Muertos”.
También incluye una tarjeta con la historia de cada una; además, lleva un folleto con información del Día de Muertos, el origen de la catrina y la biografía de José Guadalupe Posada.
“El tiempo que me puede llevar hacer las catrinas es relativo, hay piezas que me pueden llevar hasta años, en promedio las catrinas las hice en un mes, fueron 10 piezas y se elaboraron con materiales más resistentes para una mayor duración”, señaló.
Hasta el momento ha realizado más de mil piezas, en una ocasión su grupo favorito Mago de Oz vino a Hermosillo por lo que hizo los muñecos de cada uno, ahí sus amigos lo alentaron a seguir con su trabajo, que no sólo lleva detalles de pintura y telas, sino también dedicación, amor y paciencia. El costo de sus trabajos puede variar desde los mil hasta los mil 500 pesos cada una.
El artista compartió que espera que el próximo año pueda llevar a cabo la exposición sobre animales, ya que su trabajo va enfocado en la flora y fauna de Sonora. También piensa utilizar otras técnicas para seguir ofreciendo su producto de calidad. Para adquirir alguno de los trabajos de Joaquín pueden encontrarlo en su página de Facebook.
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“En esta ocasión la pandemia no me afectó porque todas las ventas las tengo en línea; espero el otro año utilizar otra plataforma para seguir ofreciendo los trabajados. Siempre tengo a la venta figuras de animales, todo lo que hago me hace muy feliz, sí se puede vivir del arte, es algo muy bonito y hacerlo en estos momentos de contingencia puede servir como una válvula de escape por todo lo que nos está atormentando, por eso hay que apoyar a los artistas”, concluyó.