Un gran remolque blanco convertido en una llantera móvil recorre las calles de la ciudad de Hermosillo para ofrecer servicios de reparación de neumáticos, éste lo conduce María Corrales desde hace 16 años.
Con el apoyo de su esposo Jorge Rodríguez mantienen el negocio en pie, el cual les ha permitido pagar los estudios de sus dos hijos y cubrir los gastos del hogar.
“El primer paso para iniciar en la llantera fue porque mi esposo es discapacitado y como tenía que depender de llanteros, a veces no iban, llegaban tarde o tenían que ir a buscarlos, entonces llegó el momento en el que me enfadé y dije ‘hay que entrarle los dos’, al principio él no quería pero después se animó y ahora tengo 16 años haciendo esto”, mencionó María.
El primer punto donde colocaron el remolque fue en la colonia Olivares, después en la Balderrama y El Choyal hasta que finalmente se establecieron en las calles República de Panamá entre Cerro del Águila y avenida Tecnológico en la colonia Sonacer.
“La misma necesidad nos fue llevando, lo hicimos para sacar adelante a nuestros hijos, Jorge aprendió a hacerlo viendo y ahora aquí estamos, él me ayuda a prender las máquinas y yo me encargo de brindar el servicio, parece que no requieres de fuerzas pero sí es pesado, las llantas de los toneladas son mucho más pesadas hasta un rin 24 de lujo”, explicó.
Así surgió LV Ruso, llantera y vulcanizadora, se añadió el “Ruso” porque es el apodo de Jorge y entre los servicios que ofrece está la venta de llanta usada, desponchar, enderezar rines, vulcanizado, la visita de los clientes varía cada día, sin embargo, en un solo día ha atendido hasta 10 automóviles.
“El negocio tiene 20 años pero haciéndolo tengo desde hace 16 años, algunas veces mis hijos me ayudan, uno de ellos es profesionista y el otro sigue estudiando, también mi esposo y yo hacemos muy buen equipo de trabajo”, resaltó.
Diariamente María abre su negocio en punto de las 9:00 horas, tiempo después llega Jorge para apoyarla a controlar los aparatos pues éstos funcionan con una planta de luz y se encuentran ahí hasta las 19:00 horas, durante la pandemia la pareja no paró de trabajar, ya que el establecimiento es al aire libre por lo que decidieron continuar brindando el servicio.
“Es difícil pero si lo aprendes es fácil manipular cualquier aparato, igual tenemos que darles servicio aquí lo hacemos también, muchas mujeres me felicitan por mi trabajo porque nos tienen como el sexo débil pero no lo somos, siempre les digo que se animen a cambiar una llanta para que no dependan de un hombre, mejor que tengan la herramienta necesaria y aprendan a hacerlo”, manifestó.
María y Jorge consideran que a futuro les gustaría tener un lugar fijo para no estar moviendo el remolque a distintos lugares, sin embargo, agradece a sus clientes por recomendar el servicio, pues sin importar la distancia la gente le habla para visitarla y llevar sus carros para ser arreglados.
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“Espero que más gente se anime a hacer este tipo de trabajo, si quieren emprender háganlo porque si se ponen a pensarla se les va a ir el tiempo y no se hará nada, pero cuando lo haces es cuando dices ‘wow, yo sé que podía’, en mi caso yo sé que podía porque por los hijos se hace todo, lo que se aporta es para que ellos sigan estudiando, por eso aquí estamos aguantando el clima porque el calor de aquí es fuerte, nos llueve y nos mojamos, pero por los hijos se hace todo”, compartió.