La tumba del niño milagroso Alejandro Zaragoza se ubica en panteón Guadalupe de Cajeme, donde la comunidad asiste a dejarle juguetes y pedirle un favor.
De acuerdo a la historia de su vida, el niño milagroso vivió de 1926 a 1929, es Alejandro Zaragoza, mejor conocido como el “niño milagroso” es un pequeñito que murió causa de neumonía.
En la actualidad muchas personas acuden a él para realizarle toda una serie de peticiones, a cambio de un juguete que le dejan en su tumba, como fue una joven que no podía quedar embarazada y acudió con el niño milagroso y al cabo del tiempo logró la gestación.
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Según la historia del infante, se le piden favores por la salud, trabajo y otras situaciones en una persona por lo que como agradecimiento, es limpiada su tumba, además de dejarle algún regalo.
La historia de Alejandro Zaragoza relata que a sus escasos tres años de edad, falleció a causa de neumonía, por lo que desde entonces, su tumba se ha convertido en un sitio de peregrinaje para los creyentes de favores.
La gente le pide principalmente por salud, trabajo y bienestar familiar, y como ofrenda le llevan juguetes, creyendo que estos actos propician el cumplimiento de sus peticiones.
Una de las leyendas más populares entre los visitantes es la de una mujer que acudió a la tumba del niño milagroso, deseando convertirse en madre tras múltiples intentos fallidos.
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Luego de pedir la intervención de Alejandro, tiempo después logró su embarazo, lo cual ella atribuyó a la ayuda del pequeño.
El panteón Guadalupe, además de ser el reposo de este niño milagroso, es hogar de algunas de las tumbas más antiguas de Cajeme, con inscripciones que datan de 1870.
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